Ley Gabriela
Esta semana se aprobó en general un proyecto conocido como Ley Gabriela, que castiga el homicidio de mujeres en razón de su género. Aplica la misma pena asignada al parricidio, ampliando los supuestos a relaciones de hecho sin convivencia (como el pololeo). Si uno lee esto, pareciera ir por buen camino.
Nadie puede poner en duda lo lamentable que es la cantidad de femicidios que ocurren en nuestro país. Hay que condenarlos en forma fuerte y clara, y debemos trabajar para que ocurran cada vez menos, sin embargo, es importante señalar que, como está, el proyecto discrimina los hombres.
Efectivamente las estadísticas muestran que en los casos de homicidios en relación de pareja es mucho mayor el número de hombres que matan a la mujer, pero este hecho no puede hacernos legislar sin respetar los principios que establece nuestra Constitución. Es tan importante el tema que no nos podemos equivocar, queremos que salga una ley robusta que tenga efectos en la práctica y que no se convierta en algo que finalmente no pueda aplicarse.
No parece razonable que si en una relación de pareja el hombre mata a la mujer ese delito tenga asignada una pena de 15 años, y si por el contrario es la mujer la que mate al hombre la pena asignada parta de los 10 años. Ello es francamente, a mi modo de ver, al menos discriminatorio e inconstitucional.
Si creemos que dentro de una relación de pareja, el matar a una mujer debe castigarse con mayor fuerza que el matar a un hombre porque el hombre tiene mayor fuerza, la mujer tiene menos posibilidad de defenderse, o existe una dependencia económica, entonces utilicemos en la aplicación de la pena por el juez las herramientas que nuestro propio Código Penal establece como son las agravantes. Y si creemos que podemos crear otras nuevas, hagámoslo, pero no busquemos solución a un problema partiendo de una discriminación injustificada.
El bien jurídico protegido en estos casos es el mismo, la vida humana, independiente de si es hombre o mujer. Eso significa que el hecho tipificado también debe ser el mismo, independiente si lo comete un hombre o una mujer.
Consecuencialmente, la pena asignada también debe ser la misma, independiente de que por agravantes esta finalmente sea mayor. No podemos legislar sin respetar principios básicos que establece nuestra Constitución en el artículo 1°. Todas las personas nacen iguales en dignidad y derechos, y en el artículo 19°, Nº2° que asegura a todas las personas la igualdad ante la ley.
Como mujer, madre de hijos e hijas, abogada y senadora, quiero acabar con la discriminación histórica contra la mujer, quiero igualdad, pero no venganza.
"Es importante señalar que, como está, el proyecto discrimina a los hombres".
Luz Ebensperger,, senadora."