EDITORIAL
Agenda social y su impacto
Tras varios días de protestas en todo el país, el Presidente Sebastián Piñera anunció una serie de medidas que son un esfuerzo por mejorar las condiciones de los habitantes. La llamada "agenda social" del Gobierno, que tiene un costo superior a los US$1.200 millones de dólares, parece estar muy lejos de servir para poner fin a las manifestaciones.
Si bien los anuncios presidenciales que en general entregan beneficios en materia de pensiones asistenciales, servicios básicos, el sueldo mínimo y aumento a los impuestos a los que ganan más en el país, pareciera ser un esfuerzo aún no suficiente a la hora de negociar con la población, sobre todo con la clase media, a quienes les afectan problemas más complejos.
El tema sigue siendo muy preocupante y con consecuencias insospechadas para el desarrollo y el crecimiento de Chile.
Por tal motivo es importante que se puedan dar nuevas señales del Gobierno para retornar la normalidad y ofrecer una agenda más abierta a cambios, pero considerando también los costos económicos que significa para un país que lamentablemente aún vive de sus materias primas y está lejos de tener los recursos para financiar reformas que hasta para naciones del primer mundo son complejas.
Es necesario que se avance en una agenda social más nutrida, pero tampoco se puede caer en anuncios infinanciables y que signifique el sobreendeudamiento, ya que lo más seguro es que al cabo de algunos años se tengan que lamentar con una inflación insostenible, como ha ocurrido con otros vecinos de la región.
Otro punto complejo es que el gobierno no tiene alguien con quien negociar sus propuestas, pese a que los partidos de izquierda quieran adueñarse de la vocería de un movimiento que en su gran mayoría fue espontáneo y donde el descontento ciudadano no está solo con los partidos oficialista, sino con todo el espectro político.
Chile tiene la oportunidad de mejorar su modelo, y para ello hay que concentrarse no solo en los cambios que quieren los ciudadanos, sino también en que esto no signifique una posterior crisis.
"Es necesario que se avance en una agenda social más nutrida, pero tampoco se puede caer en anuncios infinanciables".