La familia gitana que cambió todo por unas cuantas monedas de oro
José Luis California Savic viene de una de las castas más importantes. "Mi abuelo, Espilo California fue el rey de los gitanos de Chile, es como Piñera, pero hoy en día no se respeta mucho eso del linaje", explicó.
Su historia como todo gitano ha estado marcada por la vida nómade, se trasladan por el país constantemente con su esposa, tres hijos, padre, madre, tíos y una decena de niños que en cualquier momento crecerán y tendrán su propia carpa.
Esta semana tomaron sus camionetas y atuendos y decidieron dejar el frío invierno de Los Andes para venirse a la ciudad de la Eterna Primavera, en un recorrido que quedará para el recuerdo.
En la avenida Francia en el peladero que existe entre los departamentos y la playa Chinchorro los California armaron su colorido toldo y estarán por unas semanas en aquel territorio.
Los vecinos del sector observaban con mucha detención cada paso que este peculiar clan del reinado gitano daba mientras instalaba la carpa, y en las miradas que le otorgaban les dejaban claro a los California que no eran bienvenidos en aquella tierra de nadie.
Y es que a lo largo de los años son muchos los mitos que se han tejido en torno a esta raza; que son ladrones, molestosos, gritones, cochinos, drogadictos, entre otros, pero el descendiente del rey le pone paños fríos a esos comentarios y demanda que los acepten, ya que sólo estarán una semana en el lugar.
Como cuenta el propio José Luis California serán sólo unos días en Arica "ya que nuestro objetivo principal es llegar a Lima para entregar a mi hija a un gitano peruano. Con él se casará y se quedará allá, luego retornamos a Iquique".
Detalla que en Perú tendrán un casamiento gitano real. "Yo llegó a Perú y allá me esperan con 12 monedas de oro, que equivale cada una a 900.000 pesos chilenos; la familia gitana de Perú me obsequia por mi hija esas monedas que equivalen como a 12 millones de pesos, casi".
Enfatiza eso sí, que lo que hace con su primogénita no es por el dinero, sino por el amor que ellos sienten ya que "la familia gitana peruana en forma de agradecimiento, por entregarle a María, me va dar esas monedas de oro, igual nos sirve a todos nosotros, además que ella va ser feliz".
"Porque en la antigüedad un padre llegaba y vendía a su hija, sin importar si ella estaba enamorada o no. Ahora con la modernidad y como existe internet ellos se conectan y buscan sus parejas por la computadora", evidenció José Luis California.
Comentó que la familia del novio asumió todos los costos "desde el traslado de toda nuestra familia, hasta los gastos del casamiento. Es una dote y lo bueno que ella va quedar bien instalada una vez que se case con el gitano peruano".
Sin embargo, este nuevo paso que den María y José Luis California en tierras incaicas no va ser algo simple. Porque la pureza es algo primordial en la casta gitana y en caso "que mi hija no sea virgen, no hay casamiento ni intercambio de la dote".
CONSUMADO EL MATRIMONIO
María California y su novio peruano gitano contraerán nupcias, celebrarán hasta altas horas de la madrugada en la carpa limeña y luego se irán a dormir juntos "tienen que estar tres días sin hacer nada, y después de los tres días se juntan todas las gitanas viejas y evalúan la pureza de la novia, las gitanas viejas son sabias. Por lo que al cuarto día recién puede tener relaciones el nuevo matrimonio gitano", concluye José Luis California.
Para Jorge California tío de José Luis y familiar de la novia "María va a correr el clásico más importante una vez que lleguemos a Perú", entre risas comenta que por el momento deben seguir vendiendo sartenes de cobre que él mismo fabrica.
Mientras que María California, una vez que ya han instalado la colorida carpa en Arica, ordena los bultos de ropa que traen enfundados desde la Quinta Región, limpia la alfombra y barre, labores que a sus cortos quince años asume con normalidad.
Su hermana Estrella y Carmela 12 y 14 años respectivamente, por otro lado ayudan a María en sus quehaceres domésticos y comienzan a asumir lentamente que la próxima dote puede ser una de ellas.
"Nosotros las gitanas sabemos que nos vamos a casar jovencitas, yo conocí a mi novio en internet y sólo lo he visto por cámara web", concluye María.
Su futuro esposo gitano de 17 años una vez que finalice el casamiento deberá entregar las 12 monedas de oro a José Luis California, pero de paso habrá intercambio de joyas y otros bienes más.
María confiesa que nunca en su vida podría haberse fijado en un chileno "sería como no querer seguir manteniendo mi raíz y yo me siento bien siendo gitana. He sabido de algunas gitanas que se han metido con chilenos, pero yo no soy así".
Por estos días los California disfrutan del frío invierno que poco a poco va dejando a la ciudad de la Eterna Primavera, y con sus pailas de cobres que serán intercambiadas por dinero, tratarán de sobrevivir en el peladero del sector de la playa Chinchorro.
Para que una vez de regresó desde Perú el cobre que llevaban en el bolsillo se vuelva en un abundante mineral llamado oro que será avaluado en millones.