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Comunidades aymaras festejan 5.522 años en Machaq Mara

Eleazar Salinas

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Menos cinco grados Celsius marcó el termómetro en el pueblo de Cariquima, localidad que congrega a todas las personas de los caseríos cercanos que festejaron el Machaq Mara o Año Nuevo Aymara en la loma del cerro Laka, sitio ceremonial donde reciben los primeros rayos de sol, en la fecha que está más lejano de la tierra.

A pesar del frío, 30 visitantes llegaron al lugar para dar la bienvenida al año 5.522, según la cosmovisión aymara, ceremonia que se efectúa en diversos sectores donde hay presencia de comunidades indígenas.

Eugenio Challapa, uno de los agricultores y quien presidió la ceremonia, indicó que esta instancia es muy importante, debido a que 'nos sirve para contar los ciclos del tiempo de la siembra y la cosecha y se ha visto por estudios científicos que el Machaq Mara es el 21 de junio'; misma fecha del solsticio de invierno.

La actividad, que comenzó a las siete de la mañana y se extendió por dos horas, desde la salida del sol hasta las bendiciones de los participantes, se divide en dos acciones.

La primera es donde se le pide al creador de todo el mundo y el universo que les proteja y les ayude, mientras que en un segundo ritual se pide a la Pachamama que ayude a que todo abunde.

En palabras de los mismos lugareños, 'con este Machaq Mara nosotros vemos el cumplimiento de un ciclo que ha hecho el Tata Inti y es donde el sol está más lejos, por lo que desde este punto él se acerca a la tierra, donde está la Pachamama fértil y preparada con la semilla para la creación de vida'.

Finalizando la ceremonia, todos los presentes se tomaron de las manos en círculo para ser parte de un petitorio individual a las entidades que ayudan en la cosecha, donde cada persona, en silencio, tuvo que elevar una plegaria para que el Tata Inti y la Pachamama la pudieran cumplir. J