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Holanda subió al podio y amargó aún más a Brasil

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Holanda derrotó ayer por 3-0 a Brasil, logró el tercer lugar del Mundial y profundizó el trauma del equipo anfitrión, que no se pudo reponer al 7-1 sufrido ante Alemania en semifinales.

Robin van Persie de penal en el minuto tres y Daley Blind en el 17 anotaron los dos primeros goles del triunfo 'orange' en Brasilia, e hicieron creer que Brasil podía sufrir una nueva goleada sonrojante.

Aunque el anfitrión se rehizo, Georginio Wijnaldum hizo el 3-0 en el minuto 90 y provocó los silbidos y abucheos de una hinchada que había apoyado al principio al equipo local.

El partido se planteaba como una necesidad para Brasil para recuperar algo de la imagen perdida en el 7-1 del martes en Belo Horizonte, mientras que Holanda se había puesto como objetivo ser la primera selección del país en no perder ni un partido en un Mundial, consuelo menor, ya que al fin y al cabo cayó en semifinales por penales ante Argentina.

El seleccionador brasileño, Luiz Felipe Scolari, había dicho que su principal tarea desde el martes había sido recuperar a su equipo sicológicamente y por ello hizo seis cambios respecto del once del 'Mineirazo'.

La hinchada de Brasilia ayudó en esa labor al apoyar y aplaudir a los jugadores, sobre todo al ídolo Neymar, que pese a su lesión estuvo en el banquillo con el equipo. Mucho más crítica fue la hinchada con Scolari. 'Gracias por 2002, pero no queremos volver a verte más', se leía en una pancarta en alusión al título de campeón mundial logrado por el técnico en Corea/Japón.

Los nervios de Brasil no estaban para sobreponerse a muchos contratiempos y menos si llegaban a los dos minutos. Holanda superó la línea de presión brasileña, Van Persie controló la pelota y cedió a Robben, que encaró el arco como una flecha. Fue derribado por Thiago Silva y el árbitro, el argelino Djamel Haimoudi, se equivocó en todo: la falta fue fuera del área y como clara ocasión de gol, era más tarjeta roja que amarilla.

Silva se quedó en la cancha, pero Van Persie marcó de penal en el minuto tres. La hemorragia de goles de Belo Horizonte continuaba en Brasilia.

La 'canarinha', frágil mentalmente, acusó el golpe, sobre todo el defensa David Luiz, que despejó mal de cabeza un centro desde la derecha de Johathan de Guzmán, que había suplido a Wesley Sneijder, lesionado en el calentamiento.

La pelota quedó suelta en el centro del área y el defensa Blind, con la derecha, hizo el 2-0 para Holanda en el 17'.

¿Otra goleada? El Estadio Nacional se temía lo peor, pero el equipo, ahora sí, contuvo el mal momento. Oscar bajó por la pelota y empezó a generar juego para Brasil ante una Holanda que, ya en ventaja, esperaba agazapada.

Oscar realizó una buena acción individual en el minuto 21, un slalom que despertó al equipo y exigió al arquero rival, Jasper Cillessen. Pese a que el jugador del Chelsea inglés asumió la dirección, el juego de Brasil mejoró y los hinchas rugían ante la más mínima aproximación, Holanda hacía daño en sus llegadas al área, como De Guzmán en el 29' y Van Persie en el 41'.

Brasil era sólo peligroso en las jugadas a pelota parada, como en el minuto 38, cuando David Luiz estuvo a punto de empujar a gol un centro de Oscar.

Los 68.034 espectadores, casi todos con la camiseta amarilla, ya no fueron tan comprensivos con Brasil cuando se acabó el primer tiempo y ambos equipos se retiraron a los vestuarios.

En el segundo tiempo, el juego se endureció, sobre todo por parte de Brasil, decidido a frenar como fuera a Robben, siempre decisivo.

Los anfitriones trataron de recortar distancias con más ímpetu que juego y nunca crearon situaciones de verdadero peligro en el arco de Cillessen, tampoco tras los tres cambios realizados por Scolari. Los detalles de Oscar no bastaban. Brasil fue perdiendo aire y Holanda hizo el 3-0 por medio de Wijnaldum en el tiempo de descuento.

Entre tímidos aplausos y silbidos murió el Mundial para Brasil, que empezó con el sueño de lograr el 'Hexa' en casa y acabó con diez goles encajados en los dos últimos partidos, una cuarta plaza y el trauma del 7-1 muy vivo. J

Tercer round mundial entre Argentina y Alemania

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Yllegó el día de la gran final del Mundial de Brasil 2014. Tras vivir unas semifinales llenas de emoción, finalmente la selección argentina, comandada por el astro del Barcelona, Lionel Messi, se verá las caras frente a una magnífica escuadra alemana, que tras eliminar y humillar a Brasil en semifinales con un categórico 7 a 1, sacó chapa de favorita para coronarse como campeona del mundo.

El mítico estadio Maracaná de Río de Janeiro fue el escenario escogido para albergar una final histórica, y es que es la tercera vez que argentinos y teutones se enfrentan en esta instancia, algo inédito hasta hoy, con una victoria para cada uno: 3-2 en México 1986 para la albiceleste, y 1-0 en Italia 1990 para los germanos.

En este ámbito, la selección de Argentina buscará el tricampeonato tras sus conquistas en casa en 1978 y en México 1986, mientras que Alemania intentará levantar su cuarta copa, luego de los títulos en Suiza 1954 y como locales en 1974 y en 1990.

'Vamos a jugar el partido más importante de nuestras carreras', sentenció el volante Javier Mascherano, de 30 años y 104 partidos internacionales con la camiseta argentina, advirtiendo que su equipo respeta a Alemania, pero no le teme.

Y es que antes del Mundial la última zaga de Argentina, incluyendo al arquero Sergio Romero, fue sumamente criticada por su fragilidad y lentitud, críticas que fueron quedando en el pasado con el pasar de los partidos, en donde la defensa trasandina sorprendió con una gran solidez, aunque ahora le espera un desafío de otro calibre: frenar al equipo más ofensivo y goleador del certamen: Alemania, con 17 tantos.

Y es que a diferencia de los anteriores rivales de Argentina, el equipo alemán no centra sus ataques en una o dos figuras, sino que cuenta con un abanico de jugadores que llegan al gol, entre ellos Thomas Müller (5 goles) y el veterano Miroslav Klose (2 goles), pero también Andre Schürrle (3 goles), Toni Kroos (2 goles) y el defensa Mats Hummels (2 goles).

'Vamos a dejar todas nuestras fuerzas en la batalla, lo daremos todo, con nuestras cualidades, mentales, técnicas y de combate', dijo el atacante del Bayern Múnich, Thomas Müller, que está a un gol del máximo artillero de Brasil-2014, el colombiano James Rodríguez.

Para frenar este vendaval alemán en ataque, el técnico de la albiceleste, Alejandro Sabella, seguirá confiando en su defensa de cuatro hombres, con Pablo Zabaleta, Martín Demichelis, Ezequiel Garay y Marcos Rojo, ayudada por Lucas Biglia y Javier Mascherano en el centro del mediocampo y Pérez y Ezequiel Lavezzi en las bandas. La idea de los trasandinos es lograr quitarle espacios y frenar el diabólico ritmo que impone Alemania, una estrategia que funcionó contra Bélgica y Holanda, pero que requiere un inmenso esfuerzo físico.

En tanto, desde el banco alemán, prima la confianza y la tranquilidad en la previa al trascendental partido, sobre todo por el juego mostrado frente a Brasil, quienes fueron aplastados por el poderío de los europeos.

Y fue el mismo entrenador alemán, Joachim Low, quien aseguró que 'si bien será una final ajustada, con mucha pelea, no tenemos ningún miedo. Tenemos respeto, pero estamos convencidos de que si imponemos nuestro juego en el campo de juego, ganaremos'.

Una de las sorpresas que se puede dar hoy en la final, es la vuelta a la titularidad del volante argentino del Real Madrid, Angel Di María. 'El Fideo' sufrió un desgarro en el compromiso de cuartos de final de su selección frente a Bélgica, pero según medios argentinos podría estar ante los germanos, pues habría entrenado casi con normalidad en los últimos días, sin presentar ninguna molestias física, por lo que se especula con una posible inclusión en el equipo de Sabella desde el arranque del partido. J