Más de cincuenta atenciones de salud, masajes de pies y ayuda espiritual es la que brinda la comunidad evangélica en La Tirana a los devotos. Apostados frente de la explanada del pueblo, muestran otra cara de La Tirana, pero aseguran que no buscan boicotear la fiesta, sino que cumplen una misión de Dios, de llegar a un pueblo sagrado. Las personas salen contentas y reconocen la iniciativa.

Están desde antes del inicio de la fiesta y continuarán hasta el término de la jornada. Cuenta con voluntarios y cinco médicos profesionales, además en coordinación con los centros de salud pública que funcionan en el poblado.

Así lo explicó Alonso Pinto, representante de la agrupación Juventud con una Misión, que es una organización internacional que reúne a iglesias cristianas.

Señaló que de ninguna manera la idea es generar problemas en la fiesta ni menos boicotearla. 'Lo que estamos haciendo acá es cumplir con una misión que nos encomendó Dios, en la tierra de Dios , porque nos mandó a cubrir las necesidades de la gente y a servir a la comunidad del pueblo', dijo Pinto.

Sin embrago, la presencia del grupo de evangélicos en el pueblo generó inmediatas reacciones.

El alcalde de Pozo Almonte, José Muñoz, señaló que 'cada uno tiene su creencia, pero no deberían haber venido porque acá se vive una fiesta del mundo católico, porque respetamos sus creencias y ellos debieran respetarnos a nosotros'.

Más crítico fue el padre Franklin Luza, rector del templo de La Tirana, quien calificó como una falta de respeto la presencia del grupo de evangélico.

'Todo el pueblo es un mundo católico y no puede ser que ellos vengan acá faltando el respeto. Es como si nosotros fuéramos a meternos a un culto. Además ellos no son transparentes acá', expresó el sacerdote. J