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Ex cantante de banda rock metal se quemó a lo bonzo en Hospital

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Un hombre de 39 años, quien años antes fue la voz de una banda de rock metal, decidió acabar con su vida quemándose a lo bonzo. La víctima, que ya había intentado hacer lo mismo en cuatro ocasiones y tenía antecedentes en siquiatría, logró su cometido ingresando al sector antiguo del Hospital Regional, donde encendió sus ropas empapadas en combustible, activando los sistemas de alerta del centro asistencial.

No obstante, al llegar personal de emergencia se constató que lo que ardía era una persona, quien tenía a su lado un cuaderno donde dejaba latente las motivaciones que lo llevaron a realizar este acto extremo.

Cerca de las 22.30 horas del miércoles, el hombre de 39 años saltó una reja del Hospital Ernesto Torres Galdames por el sector de la calle Piloto Pardo, casi al llegar a la esquina de la avenida Héroes de La Concepción. Una vez en el lugar, roció su cuerpo con combustible y con un encendedor inició el fuego que en menos de dos minutos terminaría con su vida.

Las llamas captaron la atención de las cámaras de seguridad del establecimiento, con lo que automáticamente activó el protocolo de emergencia en caso de incendios que dispone el lugar.

Todo ocurrió en el museo Glorieta del hospital, hasta donde Pérez trepó para incinerarse.

A metros está ubicada la unidad de emergencia del Samu, por lo que fue personal de este grupo el que acudió primero al llamado de siniestro.

Los funcionarios se percataron que se trataba de una persona y pese a que pudieron controlar el fuego rápidamente, la víctima ya se encontraba tumbada y sin signos vitales.

La inquietud que se vivió en esos momentos giraba respecto a saber de quién era el individuo.

'Gritaron que se estaba quemando alguien, salimos y vimos las llamas. Fue muy corto el tiempo, no pasaron más de uno dos minutos', comentaron los vecinos de las casas que están al frente la esquina por donde el individuo accedió al hospital.

Tras confirmarse el deceso, arribó la PDI a realizar los peritajes respectivos al cuerpo. Sin embargo, recién ayer por la mañana las pruebas de huellas dactilares realizadas por la Brigada de Homicidios revelaron la identidad del fallecido e informar el trágico hecho a su familia. Se trataba de Guillermo Antonio Pérez Gamboa.

'Se encontró un cuaderno donde manifiesta su desagrado por la vida y que le ha ido mal en la parte laboral. Durante el día, el equipo investigativo logró obtener antecedentes de bipolaridad, esquizofrenia, drogadicción e intentos de suicidio anteriores', explicó el comisario de la PDI, Paulo Villanueva.

Estos antecedentes condujeron a la policía a descartar que hubiese otras personas involucradas en el hecho.

Desde el recinto de salud, explicaron que la persona fue atendida por última vez en octubre de 2013, pero precisaron que al momento del incidente no era un paciente activo.

'Tiene ficha clínica en el hospital. Era un paciente psiquiátrico, con cuatro hospitalizaciones por intento previo, desde el año 2012 hasta la fecha', detalló el director del Hospital, Guillermo Mora.

Además, se descubrió que pese a que vivía en Iquique, su familia reside en la comuna de Maipú en Santiago, desde donde viajaron el día de ayer sus familiares.

La víctima arrendaba una pieza en la calle Errázuriz y trabajaba eventualmente en un local de repuestos para autos en Zona Franca.

No obstante, le gustaba la música black metal e incluso se encargaba de poner su voz para cantar en un grupo, 'Ignis Ferociter', del cual no participaba hace ya casi 7 años.

Lejos de cualquier prejuicio, Guillermo era una persona tranquila con el resto, pero algo desenfrenada consigo mismo, según relataron quienes lo conocieron.

Lo anterior lo confirmó la PDI, al dar cuenta que no presentaba ningún tipo de antecedente policial.

'Anochece lentamente mi ser se funde con el crepúsculo para morir lentamente tras el horizonte......hacia el Caos!!!!!', es uno de los pocos mensajes que pueden leerse en su cuenta de Facebook, donde creó un perfil en el año 2010 y al parecer ignoró al poco tiempo.

'No era conflictivo, para nada. Era cargado a su propia onda', relató Luis Díaz, quien en el pasado compartió de forma esporádica con él pequeños conciertos.

Agregó que era una persona con quien compartía poco, ya que por largos periodos de tiempo dejaba de ver a sus cercanos.

'Una vez, hace un par de años, me encontré con él y andaba paseando en coche a su hija', finalizó.J