Tradición e identidad
La muerte del empresario Arturo Mejía Koo impactó a la comunidad iquiqueña y nacional. Este emprendedor no solo logró crear un dulce en base a una antigua receta china, sino que de alguna manera lo asoció a la identidad local.
Iquique es asociado al dulce que contiene un preparado de miel y una masa particular. Ha sido llevado a la literatura e incluso aparece en estudios sobre identidad regional de distintos autores.
Es llamativo que pese a que la ciudad presenta un crecimiento y desarrollo importante, aún existen elementos que retrotraen a los tiempos en que Iquique era una urbe de 40 mil habitantes, con barrios definidos y personas que se conocían y compartían en actividades.
Más allá de su particular sabor, el valor del chumbeque radica en que logró popularizarse fuera del norte chileno gracias a los esfuerzos del empresario, quien convirtió un pequeño emprendimiento familiar en un negocio capaz de masificar este producto típico, que hoy se vende con gran éxito en otras regiones cercanas, en Santiago, en ciudades tan distantes como Punta Arenas y hasta en países vecinos.
Aunque nunca tuvo el producto una denominación de origen, la asociación de Iquique con el chumbeque generó una identidad.
La región tal vez tuvo en Arturo Mejía al último representante de una tradición que en el pasado presentaron otros negocios como la desaparecida Casa Francesa, la ferretería que antes tenía un tradicional almacén en calle Tarapacá con Ramírez o como lo fue en la década del 50 el popular Café O'Stadio, donde hoy un pasaje rememora el centro social que funcionó allí.
Cabe destacar que Arturo Mejía, en base a esfuerzo e ingenio, logró posicionar el producto usando vías no tradicionales. No fueron campañas publicitarias, sino llevando sus productos a figuras conocidas y reconocidas a nivel nacional. También ayudó el hecho que los iquiqueños asumieran el dulce como algo propio.
El emprendedor dio un ejemplo de como se puede potenciar la microempresa y trascender más allá del ámbito local.