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De la mano del chumbeque comenzó la leyenda del empresario Arturo Mejía Koo

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La firme promesa de continuar con el legado de Arturo Mejía Koo y el agradecimiento a los iquiqueños y personas de todo el país y el extranjero que enviaron diferentes muestras de cariño expresó la familia del conocido empresario local y continuador de la tradición del chumbeque, quien falleció a los 59 años producto de un paro cardiaco provocado por la diabetes que le aquejaba desde hace un par de años.

Arturo Mejía Koo pasó a la posteridad por impulsar el desarrollo del producto de su familia, el popular chumbeque, dulce creado por su abuelo, el cantonés Kaupolín Koo Kau, quien llegó a la región en 1918.

Kaupolín Koo contrajo matrimonio con la piqueña Petronila Bustillos, quien le dio a probar los alfajores de la zona, los cuales por su masa le hicieron recordar los que realizaba su amigo Chung, con relleno de poroto, en su natal Cantón.

De allí que Kaupolín Koo decidiera mezclar esas masas con miel de limón y otros ingredientes de la zona para crear el 'Chung queque', en honor a su amigo Chung, el que con el tiempo pasó a llamarse chumbeque, nombre que ostenta hasta la actualidad y que fue patentado por Arturo Mejía Koo, su nieto.

Uno de los logros que hicieron célebre a Arturo Mejía Koo es el haber podido llevar este descubrimiento de sus ancestros a un nuevo nivel, pues de la pequeña fábrica familiar, que funcionaba en base a pedidos, la empresa es hoy un próspero negocio, capaz de fabricar grandes cantidades del tradicional dulce, el que está a la venta en supermercados, aeropuertos e incluso en muchas otras ciudades del país.

Apreciado por los iquiqueños, este dulce también logró protagonismo luego de que fueran muchas las personalidades que lo probaran, como Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, 'El Chavo del Ocho' o Marcelo Bielsa, quien en varias ocasiones luego de degustarlo, mandó especialmente a pedir varias cajas del producto, para él y el plantel de la Selección Chilena de Fútbol que viajó al mundial de Sudáfrica, enviando una camiseta firmada y otros presentes para Mejía Koo.

De hecho, en la última visita de Alexis Sánchez a la región, ocurrida hace sólo una semana, éste también recibió una caja de este producto para él y su familia.

Pero a pesar de la notoriedad de la figura de este iquiqueño hay varios detalles interesantes de su vida que dan cuenta de otra de sus facetas, la de un visionario empresario, que supo como vivir al pie de su principal filosofía 'siempre ir un paso adelante'.

Esta premisa tiene mucho sentido en lo que fue la evolución del chumbeque, desde que Arturo Mejía Koo comenzó a construir su propia historia.

El primer hito fue el patentar la marca, impidiendo que, por ejemplo, otras empresas pudieran comenzar a desarrollar este producto. Industrializó el proceso, permitiendo cubrir las necesidades diarias de la ciudad, sus supermercados, aeropuerto e incluso otras ciudades como Arica, Antofagasta, Viña del Mar, Santiago, El Belloto e incluso Punta Arenas.

Destacó finalmente el concepto del marketing del producto, pues Mejía Koo estaba convencido de que la calidad del chumbeque era capaz de alcanzar niveles insospechados, teniendo dos estrategias que resultaron fundamentales.

'Soy uno de los promotores de este producto, yo se lo ofrezco gratuitamente a mis pasajeros, como degustación por el día. Luego paso por la fábrica y ellos lo compran directamente, especialmente la tercera edad. Lo he promovido hasta en Bariloche', dijo Manuel Gonzalo Benavente de la agencia Turismo Jaws, en el velorio.

En primer término, fue aplicarle el valor turístico al producto, con una campaña gráfica que le permitió incorporar diseños típicos como fotografías de lugares patrimoniales de la región y el desarrollo de una línea premium con cajas de madera talladas, que fueron muchas veces obsequios para ministros y grandes personalidades.

La segunda estrategia fue tener dos verdaderos embajadores que fueron el morrino Marcelo Frías y el reconocido actor iquiqueño Fernando Godoy. Frías en alianza con Arturo Mejía comenzaron a enviar a los distintos clubes del fútbol nacional cajas de chumbeque, especialmente al plantel de Universidad Católica, el equipo de los amores de Mejía e incluso a la selección nacional, entonces dirigida por Marcelo Bielsa.

'Le entregué los chumbeques en Calama, se los envié con una nota con mi teléfono. A los días después me llamó el propio Marcelo Bielsa, quien pidió enviar más del producto. Cuento corto, Arturo Mejía enviaba gran cantidad de chumbeques y en una ocasión, en Juan Pinto Durán, Marcelo Bielsa fue a una especie de entretecho, donde sacó una camiseta que autografió para mí, otra para Arturo e incluso otra para el artesano que talló la caja de madera', relató Marcelo Frías.

Por su Parte, Fernando Godoy no escondió su pesar por el fallecimiento de Arturo Mejía y desde Santiago con voz quebrada resaltó su figura.

'Más allá de ser un embajador de un dulce tan importante, es primero el cariño que sentí y recibí de Arturo como artista. Soy un apasionado del chumbeque y por eso le di chumbeques hasta a Roberto Gómez Bolaños, a todos los programas que voy, en todos mis show, siempre dejo un chumbeque'.

Develó que Arturo Mejía constantemente lo llamaba y le enviaba chumbeques y lo calificó como el más importante aporte gastronómico de la ciudad.

'La receta nadie la sabe, era sólo de M. Koo, ese valor agregado es único y me da mucha pena al hablar porque se fue uno de los más grandes aportes gastronómicos de la ciudad', dijo.

Ahora será el turno de su esposa Norma Veneciano y sus hijos, Arturo, Sau-Lyn y Eduardo. Específicamente será Arturo quien tome el relevo con el fin de continuar con el éxito del producto.

'En familia lo conversamos y con apoyo de mi mamá voy a quedar a la cabeza de la empresa de chumbeques. Tengo la idea de ir innovando, proyectarlo, que es lo que siempre desde niño me inculcó mi papá'.

Arturo Mejía Veneciano además adelantó el próximo paso de su padre, pues antes de fallecer y como era su costumbre, ya estaba pensando en ir un paso adelante.

'Lo que le faltó fue exportarlo y para eso hablaba de generar un convenio con colegios, para tener técnicos chumbequeros. Que todos los iquiqueños sepan hacer chumbeques, así como en Suiza todos hacen relojes, para él comprarlos y generar varias fábricas, para poder exportarlo, similar a lo que hizo con la cárcel de mujeres, donde las internas aprendieron a hacer chumbeques y él los vendía', precisó Mejía Veneciano.

Por su parte, su hija Sau-Lyn explicó que su padre siempre los preparó desde muy niños para seguir con la tradición y que sus proyectos intentarán realizarlos así como él quería.

También agradeció el cariño de la comunidad, la que personalmente y por redes sociales les dirigió masivamente. 'La verdad es que el cariño nos sorprendió. Creo que ni mi papá le tomó el peso al cariño que los demás le podían tener y me da mucho gusto que fuera tan querido por la gente. Siempre fue un iquiqueño neto y aunque el chumbeque tiene que ver con la influencia china, él hizo que fuera el dulce tradicional de Iquique, así como Ramírez siempre fue su esquina, le faltó recuperarla', dijo.

Finalmente, su esposa Norma Veneciano hizo una promesa a los iquiqueños. 'Mi marido dejó un legado y ahora nosotros lo vamos a seguir, que la gente esté tranquila, esto no va a morir acá, vamos a luchar por lograr todos sus objetivos y él nos va a ayudar para hacer lo que siempre quiso. J