15 años de itinerancia cumplió la gran feria de La Quebradilla
Una larga historia de esfuerzo es la que tienen los más de 1.200 feriantes que, en la actualidad, componen la feria de La Quebradilla, en Alto Hospicio, los que pasaron cerca de 15 años buscando un lugar para establecerse de manera definitiva en este sector.
Así lo cuentan tres de los principales dirigentes que armaron de a poco lo que es el sitio privilegiado para la búsqueda de 'cachureos' varios por personas de toda la región.
'Comenzamos con la venta de nuestros productos al lado del Colegio William Taylor, hace 15 años, después nos trasladaron hasta donde está el Gimnasio Techado, al sector de la Gran Feria, luego en la calle Las Parcelas y hace tres años que estamos ya en La Quebradilla, donde queremos estar establecidos y que no nos muevan', explicó Yovanna Silva, presidenta de la Asociación Luz de Esperanza.
Silva contó que en esos tiempos eran pocos los comerciantes de la feria libre, pero que allí comenzaron a unirse, para tener fuerza y efectuar un petitorio para que los dejaran trabajar, debido a que ellos son el sustento de su hogar.
'Trabajamos mucho junto a la municipalidad para obtener un sitio, porque en total somos seis asociaciones que nos juntamos y nos repartimos sectores y cada uno sumamos más personas a nuestros gremios y la feria crece cada vez más', dijo Silva.
Alma Ponce, dirigenta de la asociación 'Alma de la Pampa', expresó que han trabajado desde los inicios por tener un sitio donde trabajar que al final 'somos todos una gran familia. Hemos pasado muchas cosas juntos y estos años reunidos no enseñan mucho. Hemos peleado, trabajado y se nos ha unido mucha gente en estos años, pero ha sido una lucha ardua de coordinación y empuje'.
Tanto así que no sólo la venta de diversos productos o su itinerancia es parte de la historia de esta feria.
Para el terremoto, el sector albergó a cientos de familias que pernoctaban en carpas o en sus autos, debido a lo fuerte de los movimientos telúricos.
'Muchos éramos los que estábamos acá compartiendo, en nuestra zona segura y lugar de trabajo. La verdad fue duro, pero entre todos los ayudábamos', manifestó Ponce.
El terremoto, además, les trajo a los comerciantes bajas en las ventas, las que se prolongan hasta la actualidad.
'De a poco se ve una mejora, pero se nota que la gente sólo está comprando lo que necesita y ya no lleva las cosas que son pintorescas o que le parecen útiles y de ocasión', expresó Manuel Sepúlveda, dirigente del gremio Unión y Progreso de La Quebradilla.
A lo anterior, se le suman los 'coleros', quienes son los comerciantes que se ponen en las esquinas de la feria, quienes no cuentan con permisos para funcionar en el sector.
'Nos da un poco de rabia eso, porque llegan con precios más bajos y nosotros pagamos un permiso, postulamos a proyectos y todo para mejorar nuestra condición y ellos sólo venden y es injusto', aseveró Sepúlveda. J