Secciones

Escáner revela secretos de momias atacameñas

E-mail Compartir

A finales de los años 90, mientras unos trabajadores estaban removiendo tierra en el sector de la Empresa Nacional de Explosivos (Enaex), en Mejillones, la arqueóloga del Museo Antofagasta, Nancy Montenegro, junto a la radióloga y odontóloga maxilofacial, Oriana Valenzuela, encontraron unos restos humanos, específicamente un 'fardo funerario'.

Era 1998 y comenzaba a escribirse la historia del 'Pequeño de Enaex'.

Este niño -que hace 1.000 años atrás tenía unos tres o cuatro años- cruzó todo el desierto de Atacama junto a sus papás. Lamentablemente, encontró la muerte en unos acantilados.

'Somos pioneras junto a la doctora Valenzuela en cuanto a la investigación del 'Pequeño de Enaex', ya que el 2000 lo escaneamos y empezamos a trabajar en su investigación', cuenta la arqueóloga, Nancy Montenegro.

Incluso es más, este pequeño niño encontrado en las cercanías de Mejillones, es el primer fósil de la región de Antofagasta en ser estudiado con la técnica de los rayos X. En otras palabras, en ser escaneado y reconstruido digitalmente. Eso sí, hay que recalcar que los fardos funerarios casi no son manipulados por los investigadores para no alterar los restos que están dentro.

Según los datos del Museo de Antofagasta, en 1982 fueron encontrados, en Mejillones, 25 cuerpos cuya data de los enterratorios corresponden al periodo Agroalfarero medio, que va del 600 al 900 después de Cristo (d.C).

Los niños que allí se encontraron estaban envueltos en textiles cafés o cubiertos parcialmente con pieles de lobo marino. Algunos poseían vasijas de greda café y rojiza y otros usaban turbantes.

De hecho, se cree, que el Pequeño de Enaex -que mide poco más de 80 centímetros- era un 'príncipe' aymara que llegó desde el interior hasta la costa junto a sus padres para intercambiar diversos productos con los Changos.

Actualmente la arqueóloga Nancy Montenegro, junto a la radióloga y odontóloga, Oriana Valenzuela siguen investigando al 'Pequeño de Enaex', el cual les ha entregado mucha información sobre la vida en el altiplano durante el periodo Prehispánico.

Víctor Alvear es tecnólogo médico y jefe de imagenología de la Clínica Antofagasta y desde hace varios años el museo de la ciudad y el centro hospitalario vienen trabajando mancomunadamente en el análisis y reconstrucción digital de los fardos funerarios encontrados en la zona.

'Cuando llegan los fardos no sabemos con qué nos vamos a encontrar. O sea, sabemos, por los investigadores, que adentro están los restos de una persona, pero además de eso también hay adornos como vasijas, pequeñas herramientas y en el caso de los niñitos, algunos juguetes', expresa Alvear.

El escáner que se utiliza para estudiar los fardos funerarios es el mismo para los exámenes de las personas vivas, aunque el proceso posterior es más complejo, ya que se debe identificar, poco a poco, qué es hueso y qué es textil.

'Este trabajo es bastante largo, ya que tenemos que 'pintar' digitalmente lo que es hueso y luego analizar qué es género o algún objeto que esté dentro del fardo funerario para 'pintarlo'', explica el jefe de imagenología de la Clínica.

Alvear es enfático en señalar que para estudiar las imágenes obtenidas por el escáner no sólo trabajan tecnólogos médicos, sino un equipo interdisciplinario que poco a poco reconstruyen el cuerpo de la persona que está dentro de los fardos funerarios.

'En estos equipos hay arqueólogos, antropólogos, bioantropólogos, tanatólogos, entre otros profesionales y estudiosos', cuenta.

Pero el 'Pequeño de Enaex' no es el único que ha sido estudiado digitalmente.

El año pasado, según dijo Víctor Alvear, escanearon siete cuerpos -la mayoría niños- con excelentes resultados.

Y las investigaciones siguen, ya que, como forma de evitar el deterioro progresivo de los cuerpos momificados y aportar al reconocimiento de las etnias ancestrales y pueblos originarios de la región, el Museo de la ciudad está trabajando con la Clínica Antofagasta y escanearán otro fardo funerario.

La encargada de colecciones del Museo de Antofagasta, Verónica Díaz, es quien está al mando de esta nueva investigación y explica que 'el museo se adjudicó este proyecto, cuyo objetivo principal es mejorar el sistema de documentación y registro de los cuerpos a través de un trabajo multidisciplinario donde aplicamos tecnología 3D que nos permite ver cómo están los fardos sin siquiera tocarlos'.

Verónica está ansiosa de analizar los nuevos restos, ya que hay poca información sobre ellos.

'Es muy importante para nosotros tener un registro minucioso para la puesta en valor de la colección y el escáner nos permitirá analizar,por capas, el tipo de enterratorio, disposición del cuerpo, altura y ojalá el sexo y edad', cuenta Verónica Díaz. J