Secciones

15 iquiqueños están a la espera de un trasplante

E-mail Compartir

Sufrir una repentina enfermedad puede cambiar drásticamente la realidad de una persona sana, que en cuestión de días pasa a tener como primera prioridad en la vida esperar para que aparezca un donante de órganos.

Cifras entregadas por el Hospital Regional revelaron que en la actualidad existen cinco casos de personas en lista de espera por un corazón. En tanto, otras 10 presentan problemas renales y buscan un riñón para poder normalizar su vida.

Desde el centro de diálisis Paul Harris, explicaron que en sus 26 años de funcionamiento han derivado 14 pacientes para trasplante al hospital, una cifra baja tomando en consideración el promedio de 80 pacientes anuales que tratan.

Rosa Rojas Ramos tiene 63 años y desde los 42 que se realiza tratamiento de diálisis, esto a partir de una infección urinaria que la afectó. Permaneció nueve años en lista de espera y el año pasado recibió el llamado para ser trasplantada. Sin embargo, una condición no apta del órgano donado frenó todo.

'Viajé a Santiago y estuve hasta en el pabellón del hospital El Salvador. El riñón que me iban a trasplantar tenía una fisura. No se pudo, cosas del destino', relató la paciente, afirmando, además, que a su edad y tras aquel episodio decidió abandonar la lucha por un nuevo riñón.

'Tomé la decisión de no seguir. A mi edad ya no, mejor a la gente joven', aseguró Rosa. Explicó que las complicaciones que nacen a partir de estar preparándose para la operación le generaron otras dolencias, como una artritis que para ella es más importante cuidar hoy.

A pesar del fracaso de la oportunidad que aguardó por tanto tiempo, la mujer desarrolla con normalidad su vida y trabaja como repostera, reconociendo que el programa de trasplante es positivo y de gran ayuda. 'El programa es bueno. Siempre nos tienen bien examinados y lo mejor es que nos dan esperanza', finalizó.

Al otro extremo de experimentado por Rosa está un hombre de Pozo Almonte, quien pasó largo tiempo en lista de espera, fue operado y hoy vive el día a día con normalidad.

'Por causas desconocidas, enfermé y me empecé a sentir mal de un mes al otro, en enero de 2010. Ya en febrero no daba más', contó Gustavo Cabrera, quien a sus 36 años se dedica a trabajar en minería. Él fue intervenido de urgencia aquel año y desde entonces comenzó a someterse a un frecuente proceso de tratamiento en el centro de diálisis Iquique.

Pese al decaimiento que le provocó enterarse de la enfermedad que sufría, nunca dejó su oficio y acomodó su rutina entre el trabajo y el centro médico.

Cuando se cumplieron tres años de su diagnóstico recibió uno de los llamados más importantes de su vida. 'Me llamaron un día a través del centro. Yo estaba en Pozo Almonte y me tuve que ir al tiro a Iquique. Me subí a un avión y de inmediato al hospital para entrar a pabellón'.

El paciente narró que tras el trasplante estuvo una semana en el hospital El Salvador de Santiago y posteriormente fue dado de alta.

Según cuenta, los cambios comenzaron a notarse a las pocas horas de la cirugía.

'El cambio fue radical. Horas después ya no estaba con ese color amarillo que tenía mi piel a causa de la enfermedad. Me volví a ver la cara de un color rosa'.

Dieciocho meses después, el recuperado pocino no escondió su felicidad por la oportunidad que tuvo y la condición actual de su vida.

'Mi vida es prácticamente normal. No puedo comer mucha sal y subir de peso, pero igual es una vida normal donde hago de todo. Siento que me gané el Kino, el Loto o algún premio de azar', aseguró.

Mee-Ling Jiménez, encargada de la Unidad de Procuramiento y Donación de Órganos del Hospital, explicó que las personas que entran en la lista de espera deben atravesar un período de diez meses, tiempo en el que deben realizarse exámenes que entreguen un diagnóstico de su estado.

'Los pacientes que están en óptimas condiciones y ya hay un donante, son trasladados hasta el hospital El Salvador en Santiago, donde se realizan las operaciones', detalló la funcionaria.

Además de un impecable estado de salud, los requisitos para ser donante renal precisan que deben ser personas entre 18 y 65 años, con compatibilidad de grupo sanguíneo. A nivel nacional existe un total de 600 mil personas que necesitan un nuevo órgano renal, de las cuales cerca de 1.600 están en la lista de espera.

Pertenecer a esta selección implica estar con todos los exámenes aprobados y en condiciones de recibir un llamado en cualquier instante para ser operado.

'El doctor me explicó que lo que hacen en la operación es que me ponen un tercer riñón, sin sacarme el antiguo', comentó Lorena Carvallo, paciente de 39 años que aguarda por un órgano.

Sin embargo, la historia de Lorena y su enfermedad tiene su origen en la cárcel, donde estuvo cinco años condenada por tráfico de drogas.

'Me enfermé estando ahí por negligencia del lugar. Una vez afuera, el médico que me trató me dijo que mi problema de insuficiencia renal se pudo evitar de haber recibido los tratamientos adecuados oportunamente'.

El tiempo en el que se le detonó la enfermedad coincidió con su salida de la penitenciaría. Incluso, la mujer fue madre durante los procesos de diálisis y argumentó que gracias a su constancia en el tratamiento, pudo dar a luz con normalidad.

'Fui mamá durante las diálisis. Mi hijo nació bien con 32 semanas'. Benjamín es el menor de tres hermanos y hoy tiene dos años. Crece como un niño normal y es el motor que alienta la incertidumbre que atraviesa Lorena en la lista de espera.

'Mi hermana me va a donar su riñón, pero debe bajar de peso y, si Dios quiere, a fin de año ya podría estar haciéndose los exámenes para ser mi donante. De repente es cosa de suerte, el médico me dijo que no hay que perder la esperanza, porque así como pueden pasar años, puede ocurrir mañana porque mi grupo de sangre es común', relató Lorena Carvallo. J