Padres, apoderados, profesores y otros actores de la educación han expresado su inquietud ante la seguidilla de hechos delictuales que afecta a los establecimientos educacionales.
De acuerdo a los antecedentes aportados por las propias unidades académicas, se trata de una situación que ya no es aislada y que pone en riesgo la integridad de los alumnos. En efecto, varios de estos casos adquirieron connotación pública, toda vez que las víctimas resultaron con lesiones graves, llegando incluso a perder la conciencia ante la violencia de los ataques.
Incluso, durante esta semana se conoció sobre la intervención de un grupo de profesores que frustó un robo con intimidación en las cercanías del Colegio Humberstone. Afortunadamente, la acción de los docentes permitió evitar el delito y detener a los autores.
Estamos ante una situación altamente compleja y que debe ser atendida de forma prioritaria por las autoridades. Es indispensable que, más allá de los anuncios, los organismos competentes adopten acciones que permitan fortalecer de manera efectiva la seguridad de los jóvenes, ya que el accionar de los delincuentes parece ser cada vez más violento.
Ante este escenario es indispensable que se agilice la instalación de nuevas cámaras de televigilancia, se materialicen los proyectos que buscan dotar a las policías con mejores herramientas y se refuerce la presencia de efectivos en las cercanías de escuelas, colegios y liceos.
La seguridad ciudadana se ha transformado en un tema de alto impacto en la región, sobre todo en las comunas de Iquique y Alto Hospicio, que actualmente encabezan las estadísticas nacionales de victimización y delincuencia.
Sin duda estos hechos generan una enorme intranquilidad en la población, sobre todo al considerar que están afectando a uno de los sectores más relevantes de nuestra sociedad: los niños.
Es necesario, entonces, buscar soluciones rápidas, concretas y efectivas, de lo contrario las consecuencias podrían ser muy graves.