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Ruta Alto Hospicio - Iquique: La tensa odisea que alteró la rutina de miles de personas

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La congestión vehicular que presenta la ruta de Iquique-Alto Hospicio en horario punta se convirtió en un verdadero dolor de cabeza para quienes deben realizar el recorrido cada día.

Venga manejando su auto propio o bien, en colectivo o microbús, el estresante panorama que se evidencia durante las horas de la mañana no varía y cambió de forma drástica el ritmo de vida de los habitantes hospicianos

Identificar el núcleo del conflicto es sencillo: el terremoto del 1 de abril. A partir de aquella tarde, todo cambió en la ruta A-16, ya que el recorrido en condiciones de tránsito expedito antes demoraba sólo cerca de 15 minutos.

Los trabajos para reparar la deteriorada calzada provocan que en ciertos sectores se encuentre habilitada una sola pista.

Desde Alto Hospicio, el problema empieza cuando los buses arriban al punto donde comienza el descenso a Iquique, y algunos pasajeros intentan abordar el vehículo que a esas alturas ya va lleno.

La numerosos transeúntes que a esa hora urgen por llegar a tiempo a cumplir con responsabilidades como trabajo o estudios, se alteran fácilmente ante la más mínima provocación que los haga pensar que no tendrán un sitio en el bus.

'A la gente le cambió mucho la vida. Anda muy alterada, hasta peleas se forman todos los días porque las personas compiten por subir a los colectivos. Incluso hay gente que se pone a hacer dedo', relató Orlando Aguilera, dueño de un kiosco a un costado de el punto de partida que tiene la vía para quienes se dirigen a Iquique.

El comerciante describió la tensión que hace 4 meses se respira a diario afuera de su local, donde justo hay un paradero de locomoción. Pasajeros indignados, choferes violentos y la abundante presencia de Carabineros, para frenar a tiempo los conflictos que se generan.

'Acá la gente ya ni quiere bajar. Deberías venir tú mismo y mirar en qué se convierte este lugar a las 8 de la mañana', complementó con vehemencia María Gautier, quien trabaja en las cercanías del kiosco.

'En la mañana tenía médico a las 8 en el centro de Iquique. Salí a las 7 y me atrasé porque llegué a las 8:10', alegó John Fibla, quien vive en Alto Hospicio y siempre evita trasladarse a Iquique.

Si para quienes viajan en transporte público la situación es tensa, lo es aún más para los conductores de las máquinas.

'La afluencia de público es buena, pero el tráfico es lento. Toda la gente anda estresada. Lo peor de todo es que no alcanzamos a dar las vueltas que nos corresponden, en vez de dar cinco estamos dando cuatro vueltas en todo el día', explicó Juan Díaz, chofer de uno de los microbuses que se detiene a tomar pasajeros en la parada.

'El taco te quita mínimo 40 minutos', confesó inmediatamente al ser consultada al respecto Luisa Ugaz, residente de Hospicio que trabaja y va a dejar a su hijo diariamente aI colegio en Iquique.

La restricción vehicular que fue impuesta para descongestionar el tránsito junto con definir horas para que se desplacen los camiones, son medidas que valora ya que admite que han mostrado efectos positivos rápidamente.

Sin embargo, lo que más le preocupa a esta usuaria no tiene que ver con el tiempo de viaje; sino que con la seguridad de la vía. 'La gente está asustada por el tema de las mallas, piensa que en cualquier momento se va a caer algo. Ayer tembló y hoy con un grupo de mamás preferimos no enviar a nuestros hijos al colegio por el riesgo que hay', argumentó Luisa.

Pero los problemas no son exclusivos de los residentes de Hospicio, ya que iquiqueños que trabajan en la ciudad también fueron víctimas de repentinos cambios en su rutina.

'Vivo en el sector de Pedro Prado. Me tengo que levantar a las 5:30 de la mañana, para estar tomando la locomoción tipo 6. Llego a mi local como a las 7:30 generalmente', afirmó Yolanda Álvarez, quien administra una amasandería en el centro de Alto Hospicio.

La mujer también contó que días antes del terremoto llegó a trabajar al lugar, y tras el sismo, era muy difícil realizar el trayecto. Pese a que aún tarda 1:30 aproximadamente, reconoció que durante el último mes las condiciones cambiaron favorablemente.

'En este último tiempo ha mejorado harto, hay que tener paciencia no más de que esto ojalá vuelva a la normalidad pronto', afirmó Yolanda.

De momento, quienes viajan entre las dos localidades con frecuencia deberán armarse de paciencia y aguardar que la situación mejore. Al menos, el ministerio de obras públicas ya anunció tiempo atrás la futura construcción de un teleférico que promete ser una solución efectiva para la conexión vial que atraviesa tiempos críticos. J