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Soy vecino de la Población Magisterio Covima, pionera en habitar el sector de Playa Brava en nuestra ciudad, compuesta preferentemente por jubilados del Magisterio.

Mi denuncia se circunscribe a la construcción de la sede social de la Junta de Vecinos ubicada entre las calles Arturo del Río con Pedro Aguirre Cerda, dicha sede social se terminó de construir en Diciembre del año recién pasado y a la fecha no se inaugura, no sabemos las razones y por consiguiente no se pueden ocupar sus dependencias, constituyéndose además en un riesgo y escondite para los delincuentes.

Este local es un ansiado anhelo de los vecinos que servirá para congregarlos en todas sus actividades comunitarias y así desplegar las actividades del adulto mayor.

Hago un llamado a las autoridades para que pronto inauguren la obra y podamos los vecinos juntarnos para idear nuevos proyectos de mejoramiento comunitario.

Sergio Burg

Con respecto al reportaje de su diario, a decir verdad, genera serias dudas el proyecto estrella llamado Teleférico, con el cual las autoridades pretenden mitigar el grave problema que hoy está generando el caos vial de la salida nororiente de Iquique. En primer lugar, dado los elevados montos que se manejan para su eventual puesta en marcha. Segundo, porque el día en que este proyecto vea la luz quizás la congestión vehicular actual sea un mal recuerdo del pasado y tercero, porque la realidad dice son muchos los proyectos que se han prometido para Iquique, no habiéndose concretado hasta ahora ninguno de ellos, y dentro de los cuales podemos citar, entre otros. El nuevo hospital; el proyecto del rompeolas; un terminal moderno de buses; el nuevo estadio; el segundo acceso Iquique - Alto Hospicio; la carretera costera Iquique- Arica, y así un largo etcétera. Como contrapartida a lo anterior, llama la atención que en un breve tiempo fueron erigidas dos espectaculares carreteras que salen de Iquique. Obvio, si para usar estas dos nuevas vías habrá un precio que pagar.

Una hora permanecí en un ascensor en el edificio Don Alfredo, en calle Vivar, donde me dirigí por una radiografía junto a un menor.