Sólo en un 60 por ciento de su capacidad funciona el hogar de ancianos San Vicente de Paul, luego que los dos terremotos de abril dejaran con serios daños el inmueble.
Seis salas ubicadas en el segundo piso corren el riesgo de caer ante otro terremoto y como una manera de cuidar la integridad física de los 42 adultos mayores, se dispuso un reordenamiento y desde abril la institución no está recibiendo adultos mayores.
Para la encargada del hogar, Claudia Yáñez, la medida obedece que 'como se tuvieron que reubicar los adultos mayores y realizar un reordenamiento en la ocupación de las habitaciones no queremos generar un colapso y menos un hacinamiento. Más bien queremos que los abuelitos sigan viviendo en forma digna'.
Pero estos meses, después del terremoto, no han sido fácil para los habitantes de esa comunidad ya que como fundación sin fines de lucro, no tiene recursos para reparar los daños que dejaron los terremotos. Destrucción en las cañerías, problemas en el calefont y hasta en los baños eran las principales necesidades. Gracias a la buena voluntad de trabajadores de Aguas del Altiplano, como también de Zofri se repararon.
'Ellos llegaron a trabajar gratis por los abuelitos y nos repararon los problemas menores ', dijo Claudia Yáñez.
Ahora les falta poder solucionar el problema de la estructura de las habitaciones, que incluso en algunos pabellones está prohibido el paso por el inminente peligro.
'Hay un contratista particular que por su propia voluntad está evaluando los daños, pero nos faltará lo más importante, los recursos para los arreglos', dijo Yáñez.
Contó que el 10 de julio, a tres meses del terremoto, un grupo de autoridades visitó el hogar de ancianos para conocer en terreno los daños. 'Nos informaron que presentemos un proyecto, pero a la vez nos indicaron que como mínimo son diez meses para que se apruebe y otros tres meses para la ejecución. Es mucho tiempo', dijo.
En ese contexto la directora del hogar de ancianos formuló un llamado a la buena voluntad de algún empresario para que pueda colaborar y así recuperar los espacios que hasta ahora perdieron los abuelitos a consecuencia de los terremotos de abril pasado. J