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Mujeres se toman cuerpo de Bomberos de Pica

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El encanto y la destreza femenina consiguieron arrebatarle el lugar a los hombres y dar paso a una nueva generación de mujeres que quiere combatir el fuego.

Se trata de las voluntarias que prestan servicios al Cuerpo de Bomberos de Pica, donde hay catorce féminas que contribuyen en las labores de las Compañías de Pica y Matilla.

Entre ellas están Carol Meza y Bettzabel Pinela, quienes arriesgan su vida por salvar a los que están en peligro, dejando de lado complejos y estigmas.

'Me siento muy bien con esto de ser bombera, llevo ya varios años en la institución; lo más complejo en un inicio fue la aceptación de mis compañeros varones, el ser voluntario era 'tema de hombres', era 'su espacio', por eso, en un principio, les hacía ruido tener mujeres en las filas. Pero poco a poco fueron integrándome y el trato ahora es de igual a igual', comentó Meza, quien además aseguró que es una pasión ser bombera.

'Es muy lindo ser bombero, aunque es una tremenda responsabilidad, te entrega muchas satisfacciones; ante una emergencia sé que seré útil para mis compañeros y las personas de la comunidad que lo necesiten, la comunidad confía en nosotros. Por eso llevo con orgullo mi uniforme de bombera, doy gracias de las muchas experiencias que he vivido en la institución', acotó.

En tanto, Bettzabel Pinela además de ser voluntaria cuenta con la particularidad de ser la única conductora de un carro bomba a nivel regional.

'Lo importante no es como me siento, sino todo lo contrario; siento la obligación de cumplir responsablemente al Cuerpo de Bomberos de Pica, al cual ingresé de manera voluntaria. El sentimiento es solamente cumplir y ayudar', expresó Pinela, que también advirtió que para ella 'no existe la expresión complejo ni difícil, si fuera así no habría elegido esta situación'.

Sobre los posibles peligros que deben enfrentar, Pinela fue categórica al afirmar que el riesgo no conoce de género.

'El rol de mujer tenía que estar presente, ya que era una tarea que se veía solamente en los varones, fue así que aprobé el curso teórico y práctico, obteniendo mi licencia clase F; muchos se preguntan qué hace una mujer manejando un carro bomba y yo solamente puedo contestar que es un acto de servir a los demás, con la voluntad que mi deseo interior me permite. Se me dio la oportunidad de aprender en este tipo de maquinarias y el desafío fue complementado por la necesidad misma que posee la comuna', relató.

Si bien Bettzabel llegó a ser bombera por una inquietud infantil, Carol logró empaparse de la adrenalina cuando un hombre le increpó que no pertenecía a una red comunitaria, mientras dictaba charlas siendo psicóloga del Centro de Salud Familiar de Pica.

'Hace años atrás, dando mis 'tips' para el cuidado de la salud mental, dije que era bueno pertenecer a las redes comunitarias, un usuario me dijo: Usted dice eso, pero yo le he sacado todo el rollo, usted sale del consultorio y se va a su casa, sale a comprar, y eso sería… usted predica y no practica. Le encontré toda la razón a ese señor, por eso me comprometí con él a integrarme a alguna red comunitaria y empecé a ver qué era lo que había. Y en eso descubrí que algunos de mis compañeros de trabajo eran bomberos, (ahora son padrinos de mis hijos). Ellos me incentivaron, me animé y aquí estoy'.

El superintendente del Cuerpo de Bomberos de Pica, Fernando Chacón, afirmó que el desempeño de las mujeres voluntarias es realmente ejemplar.

'Se han transformado en un pilar fundamental, y se han vuelto totalmente imprescindibles en las labores propias del bomberismo; es por esto que en las filas de nuestro cuerpo no sólo cumplen labores de emergencia, sino que también tenemos el gusto de contar con dos mujeres que forman parte del Directorio General del Cuerpo y participan en la toma de decisiones de nuestros destinos'. J