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Vecinos esperan hace 18 años un alcantarillado

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Entrar a la casa de Nilda Cuadras es ingresar a una cruda realidad, a un mundo distinto pero que todavía en estos tiempos existe . No tiene alcantarillado en su vivienda. En el patio cuenta con dos pozos que ya están totalmente llenos. A menos de un metro están la cocina y el comedor.

A ratos el olor resulta insoportable y la imagen en el lugar es dramática, principalmente por el hecho que siete personas diariamente deben convivir con el riesgo de contraer alguna enfermedad.

Nilda Cuadras forma parte del grupo de 20 familias del pasaje San Juan, en la población El Boro de Alto Hospicio, que llevan 18 años esperando por un alcantarillado.

Durante todo este tiempo la vida de los vecinos ha sido muy distinta al resto, con una realidad pocas veces vista y lo que más quieren es contar con alcantarillado.

En 1996 se levantó el pasaje, pero como toma, tal como en varias poblaciones de Alto Hospicio, cuando todo era de tierra, no existían calles pavimentadas y tampoco había semáforos ni colegios.

Hace 8 años los pobladores lograron regularizar su situación luego que Bienes Nacionales vendiera los terrenos a quienes en esos momentos los ocupaban, con un promedio de $1 millón por 31 metros cuadrados. El sector ya fue reconocido por Serviu y el municipio. Sin embargo, no tienen lo más importante para vivir dignamente, el alcantarillado.

Nilda Cuadras vive con otras seis personas en el inmueble levantado solo con material ligero. Su esposo trabaja en la construcción instalando sistema de alcantarillado y gana el sueldo mínimo.

Casos como el de Nilda Cuadra son comunes a la mayoría de los vecinos del pasaje. María Cabrera vive sola con su hijo de 21 años de edad y que padece de un grave problema de salud. Ella gana diez mil pesos diarios, pero siempre y cuando consiga alguna casa para hacer aseo.

En el patio de su vivienda está el pozo séptico que se encuentra a punto de colapsar. Dice que necesita con urgencia que alguien la ayude a construir otro o que definitivamente instalen el alcantarillado.

Está sola frente a la vida, no tiene pareja, pues a su marido lo asesinaron hace doce años en el patio de la casa, mientras consumía alcohol con un grupo de amigos. Ella asegura que del autor no se sabe nada.

Prefiere no recordar ese momento porque su marido 'no era una buena persona', indica.

Ahora está abocada a cuidar a su hijo y a lograr su gran sueño, de vivir dignamente. 'Todos algún día tenemos que partir de este mundo y no me gustaría irme sin dejar a mi hijo un lugar para vivir con dignidad. No como estamos ahora, soportando los olores por ser pobres'.

Los vecinos del pasaje están más unidos que nunca y el líder del grupo Juan Césped señaló que ha golpeado varias puertas para conseguir la dignidad que tanto buscan. 'Espero que al final podamos encontrarla, luego que expusiera el tema ante un grupo de consejeros regionales. Ellos comprometieron que nos ayudarán. La tarea no es difícil porque vivimos cerca de las piscinas de Aguas del Altiplano'.

Pero ese no es el único problema que deben enfrentar a diario los pobladores. Aseguran que están con temor por la presencia de delincuentes y adictos que por las noches ingresan al pasaje.

'Lo que pasa que al final del pasaje hay un muro y allí las personas se ocultan para consumir droga y alcohol'.

El gran temor que tienen es que pueda ocurrir una desgracia, porque aseguran que en la madrugada los vehículos ingresan al pasaje a gran velocidad.

'Lo que queremos es que después que logren la instalación del sistema de alcantarillado, es cerrar el pasaje para que no entren personas extrañas.

Las 20 familias quieren cumplir un sueño, uno que no tiene que ver con riqueza, ni grandes comodidades, solo dejar atrás los pozos y tener por fin el alcantarillado que le prometieron. J