Secciones

Ramada "El abuelo picarón" revivió las Fiestas Patrias de antaño en hogar San Vicente

E-mail Compartir

"Antes todos éramos familia, era una fiesta linda, linda. Bailábamos, jugábamos y tomábamos", expresó efusiva Filomena Rodríguez, mujer de 83 años que recuerda con alegría sus mejores Fiestas Patrias en la época de las salitreras.

"Se juntaban Victoria, Alianza, Iris y otras oficinas y todos bailábamos, además que la mejor pareja se llevaba premios, y siempre con buena música. También me acuerdo del trompo, el luche, la rayuela...".

Filomena dice ser la reina de la fiesta en su época, o al menos, la más entusiasta. "Mi esposo no sabía de cueca, bolero ni vals. Cuando lo conocí supe que no funcionaríamos casados si él no aprendía, así que con una vitrola antigua de mi suegro le enseñé primero que todo a bailar el vals, porque con la cueca no hubo caso", recordó.

Cuando llegó a Iquique se casó a los diecisiete años, y luego tuvo cuatro hijos a los que llevaba a celebrar las fiestas patrias en el borde costero, donde la ramada principal de la ciudad, se hacía en el parque Balmaceda.

Otro que recuerda una época austera de la Tierra de Campeones, pero mucho más divertida, es don Luis González (71), oriundo de Melipilla, que el año 64' se convirtió en nortino de corazón.

"Si bien los dieciochos en el campo son incomparables, con los huasos, las fondas y las carreras a la chilena junto a mi numerosa familia, cuando llegué a Iquique me pareció que la gente era más alegre, porque todos se conocían y la ciudad era muy pequeña".

Agregó que hoy "nada es igual" porque la frialdad de una ciudad moderna difuminó los lazos propios del que fue un pequeño Macondo.

Balmaceda

Juegos populares muy sencillos como "la lota", el gato porfiado (figuras de trapo que se derribaban con pelotas hechas con calcetas), o lanzar argollas a botellas de vino para ganar dinero, era la diversión para grandes y chicos.

Inolvidables también las tardes familiares elevando volantines a orillas del mar o en el que entonces era un amplio sector de canchas y espacios recreativos, entre Avenida Aeropuerto y Héroes de la Concepción, donde hoy hay casas y el Mall Las Américas.

"Se bailaba mucho más también. Al menos cueca. Antes la gente sabía más del baile nacional o se interesaba al menos. Ahora todo es cumbia y reggaetón", dijo Pascual Schettini, acérrimo iquiqueño que en familia visitó a su cuñado Rolando Briceño en el asilo.

Niños son la fiesta

"A mi esposo no le gustaban mucho las festividades, así que les enseñé a mis hijos a ser alegres como yo, que aprendieran a bailar y a ser felices, sino, ninguna mujer los iba a querer".

Agregó que tiempo atrás la vida era más sencilla y austera, y la mayoría de las mujeres cocían la ropa a sus hijos.

"En ese tiempo no habían tiendas como ahora, la ropa era cara, así que les hacia los trajes para las presentaciones en el colegio a mis cuatro hijos. Siempre cuidé que participaran en todo".

Comida, bebida y preparación tenían las fiestas en la casa de Olivia Vera, quien era el motor que organizaba todo para recibir a la familia.

"Se daban mucho las visitas en la casa, llegaban familiares el 17 y 18, todo el tiempo se llenaba de gente. También me iban a buscar sobrinos para ir a las ramadas. Para mi los niños eran y son la fiesta, por ellos celebraba. ¿A donde ha visto una mirada más pura?. J