El Slow Sex es lo opuesto a 'rapidito'. El Slow Sex es el acto sexual con una duración aproximada de 30 minutos. Es, a primera vista, y tal cual lo indica su nombre, sexo lento. Pero, en estricto rigor, es mucho más que lentitud. El Slow Sex es un acto con paciencia, un coito de calidad llevado a cabo sin urgencias.
En un mundo sexual dominado por el 'rapidito', ese orgasmo estresante en que se ven involucrado dos apurados, el Slow Sex viene a aportar un ritmo mucho más elegante. Y, de pronto, ha empezado a tener un impensado éxito entre la ardiente multitud. El Slow Sex, a juicio de los expertos, cada vez gana más adeptos. Hoy, dicen, es la tendencia.
-Es porque la gente quiere mejor sexo. Un sexo menos rápido y más sexual- señaló el sexólogo, Adrián Bastías.
-¿Para ese estilo sexual, el Slow Sex, hay que preparar una mesa a la luz de las velas y tener una perfomance erótica salvaje y de primer nivel?- preguntamos.
'El Slow Sex no es lo mismo que el romanticismo', responde Bastías. Argumenta que el Slow Sex no obliga a tener una sesión al estilo semental. Es, al contrario, un sexo más reposado, de parejas consolidadas. Es sexo relajadamente erótico.
Incluye mucho masaje, mucho beso húmedo, mucho roce de cuerpos, mucho gemido suave, mucho ruido de placer, mucho ronroneo. Incluye, asimismo, masturbaciones simultáneas, masturbaciones solitarias, desnudos locos, risas, jugueteo, salsas de chocolates, piel untada en mermelada, movimientos rítmicos.
Es lo que recomiendan los sexólogos. La pócima del momento. No se trata de anular el 'rapidito', el sexo vertiginoso, la penetración con el bluyín puesto. Eso tiene su gracia. Se trata, simplemente, de incorporar la paciencia en la cama matrimonial. J