Cuando dicen que Iquique tiene las calles más malas del país parece una exageración, pero una vuelta por las ciudades del norte, vale para notar que el dicho no es lejano de la realidad. Incluso el terremoto acrecentó el problema.
Las Fiestas Patrias son un momento para el reencuentro, para recordar nuestras tradiciones y en algunos casos también lo son para reflexionar sobre el futuro.
Hace sólo cinco meses dos terremotos asolaron a Tarapacá y dejaron 21.660 damnificados, los que poco a poco logran retornar sus vidas y retomar la normalidad. Aunque para la mayoría es difícil, pensando que se cayó el esfuerzo de toda su vida, todos confían en que el futuro será mejor.
Este fin de semana largo sirvió para que los vecinos que habitan los campamentos de emergencia pudieran recordar las tradiciones patrias, los juegos criollos que cuando niños eran ansiosamente esperados, e improvisar en colaboración el tradicional asado con la esperanza que pronto estarán en sus nuevas casas.
Los vecinos en el barrio El Mirador están esperanzados en tener una nueva oportunidad y de volver a construir lo que el terremoto les arrebató. A pesar de que aún no entregan todas las casas, los pobladores están contentos, arreglan sus viviendas de emergencia, que gracias a una alianza con la minera Collahuasi, permitieron al gobierno entregar casas más dignas.
Los terremotos dejaron 3.886 casas con daños menores, 1546 con daños reparables pero no habitables y 752 que deben ser demolidas y si bien, las familias están tranquilas el gobierno trabaja contra el tiempo, luego que los plazos comprometidos no se han cumplido. La ministra ya dio el vamos a las obras de reconstrucción, pero aún deben resolverse trámites con los vecinos de Las Dunas para poder demoler. Será una tarea de largo aliento.
De todos modos, los damnificados dieron un ejemplo de dignidad y patriotismo, donde pese a los problemas que a muchos derrumbarían, adornaron el barrio de emergencia y celebraron con orgullo.
Los recursos están, pero deben ser ejecutados con celeridad para que el actual proceso de reconstrucción no se transforme en una nueva Tocopilla.
La sociedad actual es mucho más exigente y las autoridades deben estar a la altura, pues la fiscalización viene de los mismos ciudadanos, que con la inserción de las redes sociales están cada vez más empoderados.
La gran molestia de los iquiqueños por la utilización de mediaguas como muros para separar las ramadas, fue expresada en las redes sociales. La mayoría culpó al municipio sería bueno saber su versión.
Este fin de semana fue aprovechado por los padres para sacar a sus hijos. Los niños fueron los más felices, los parques, las ramadas y museos se vieron repletos durante el día. Un momento de relajo que el resto del año es difícil tener.