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Elia, la misionera nortina que ayuda en África

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Hace dos años que la antofagastina Elia Vilches (30) pertenece al primer equipo de chilenos en llegar a la zona norte de Mozambique, con la finalidad de evangelizar, entregar servicios básicos de salud y educar a la comunidad.

Son 10.709,26 kilómetros en línea recta que separan la Perla del Norte con la ciudad africana, donde nuestra representante local ha llegado con la noble misión de colaborar con la tribu de 'Los Yao'.

Si bien, esta es la segunda vez que está en Mozambique, su primera ocasión fue en el 2012 por 3 meses, donde quedó maravillada con la cultura y su labor de misionera. En esta ocasión su viaje es por 6 meses con el objetivo de ayudar y aprender aún más.

Todo este viaje y experiencia se debe al 'Proyecto Yao', el que tiene como objetivo dar a conocer a Jesucristo a los habitantes de la aldea de Itepela, el cual consiste en operativos médicos a otras aldeas Yao de difícil acceso, generando así un trabajo misionero integral donde el objetivo principal es el desarrollo comunitario en los servicios de salud básico y posteriormente en la educación.

- Nosotros mantenemos un estrecho lazo de apoyo al trabajo misionero que desde hace 8 años el equipo de Jucum Niassa Mozambique, compuesto por 5 misioneros (3 mozambiqueños, una brasileña y una norteamericana) se encuentra realizando en la tribu de 'Los Yao' en la aldea de Itepela, provincia de Niassa.

- En los años 2012 y 2013 vinieron equipos de 7 chilenos por periodos de 3 meses. Este año somos un equipo de 4 chilenos por periodos entre 6 meses y 2 años.

- En un comienzo les llamamos la atención, ya que ver 'blancos' por primera vez caminando por sus aldeas era algo fuera de lo común, pero luego de 2 años nos sentimos parte de su comunidad, contando con la aceptación de todos aquí incluidos los 'Régulos' (líderes de aldeas).

- He tenido buenísimas experiencias con la gente aquí, puedo aprender de ellos y ver cómo el color de la piel, ni las fronteras o el idioma son una barrera para ayudarlos.

Entre las cosas anecdóticas, puedo destacar que las mujeres todo el tiempo tocan mi cabello y lo trenzan. Me observan y buscan tocarme puesto que les llama mucho la atención.

- Ellos miran desde lejos y a algunos han preguntado por mí para 'tenerme' y no es precisamente con una buena intención... en fin.

- Lo que me llama la atención de los Yao son sus fortalezas culturales. Por ejemplo son protocolares y solemnes en cuanto a modales de cortesía, además de su alta valorización a las personas de avanzada edad. Son además muy hospitalarios y en los niños hay un alto concepto de 'compartirlo todo' por muy poco que esto sea.

- Por otro lado, hay aspectos de su cultura que me son más difíciles de entender, por ejemplo la despreocupación por la higiene y el cuidado de los niños pequeños, el poco valor y respeto hacia la mujer, como el ritual de circuncisión e iniciación sexual en niños.

Estas cosas me resultan difíciles de comprender y aceptar, pero creo firmemente que sólo Dios puede generar una real transformación en la mente y en el corazón de ellos.

- Servir a Dios en las misiones ha sido la mejor elección que he hecho luego de entregarle mi vida por completo a él. No hay un lugar más seguro para mí que estar en el centro de su voluntad. Desde que comencé a creerle he vivido las más ricas experiencias de ver su mano obrando en mi favor y en favor de otros a través de lo que él decide hacer por medio de mí.

- Sin duda que sí, es una experiencia maravillosa y llena de bondades, por lo que espero volver en un próximo viaje y en esa oportunidad quedarme un año completo junto con la tribu.

A pesar que existe una larga distancia entre el continente africano y el nuestro, Elia tiene a Antofagasta y a sus familiares en el corazón, porque oportunidad que tiene, trata de conectar a internet para contarles sus aventuras, siendo una verdadera hazaña tratar de hacerlo, ya que buscar señal telefónica o de red es casi imposible en el pueblo, pero igual se las ingenia para hacerlo.

Sin duda una antofagastina que hace patria en un pequeño pueblo de Mozambique y que a través de su labor entrega alegría y cariño a gran parte de la tribu de los Yaos. J