Las vivencias de los jóvenes universitarios indígenas en el hogar Aru Wayna
Son 46 jóvenes que viven en el hogar comunitario aymara de estudiantes universitarios Aru Wayna, provenientes de las diferentes comunas de la Provincia de El Tamarugal. De ellos 45 son de origen aymara y uno mapuche.
Jocelin Cañajagua de Camiña, es representante ante la Mesa Nacional de Hogares y Pueblos Originarios que agrupa a 17 centros en todo el país. Fue presidenta el año pasado de la Asociación de Estudiantes de Educación Superior que lleva el mismo nombre y actual asesora de la directiva actual encabezada por Alexander Aliaga.
Cuenta que el hogar funciona en el inmueble ubicado en calle José Francisco Vergara N°2969 desde abril del 2013, tiene capacidad para 50 personas, siendo uno de los tres hogares que existen en el norte del país junto al de Arica y Antofagasta. Funciona los 365 días del año, es financiado por la Junaeb y la administración está a cargo de los mismos estudiantes. "Gestionamos todo en el recinto. El año pasado fuimos a varios pueblos del interior y este año pensamos realizar otros paseos".
En el hogar los estudiantes rescatan tradiciones de los Pueblos Originarios a través de talleres de lengua aymara, textilería, pintura y música, a cargo de diferentes estudiantes. Además están organizados en los quehaceres para mantener el orden, aseo y limpieza del inmueble que los acoge.
"La mayoría son mechones (estudiantes de primer año) que provienen de pueblos de toda la región", agregó la dirigenta.
Están divididos en 14 habitaciones para dos o cuatro personas. En el segundo piso están las mujeres y en el primero los hombres. Los dormitorios cuentan con literas. Además cuentan con dos baños con agua caliente para mujeres, dos para hombres, uno común y un sexto destinado a la manipuladora de alimentos. Ella es la encargada de cocinarles el almuerzo, desayuno, once y comida de lunes a viernes. Los fines de semana se organizan y se cocinan ellos mismos.
Existe una oficina equipada con computador e impresora. Otra habitación está destinada a la bodega y despensa con alimentos y útiles de aseo. Cuentan con refrigerador y un televisor en el comedor. Además tienen una sala de estudios y de computación. También tienen acceso a lavandería.
Su hermana Karen Cañajagua (23) es vicepresidenta de la asociación. Posee un título técnico de paramédico del liceo, el cual le permite trabajar en el hogar de ancianos Águilas Blancas el fin de semana. Cursa el segundo semestre de ingeniería en informática en Inacap.
"Es difícil estar lejos de la familia, de tu entorno, tus costumbres. Además es carísimo porque implica $4 mil para viajar y $8 mil para devolverse, por esto mismo sólo viajo si es que estoy de vacaciones", agregó la joven.
Karen explicó que además el presidente, vicepresidenta, secretaria y tesorera cuentan con delegados de proyectos, cultura, deportes y de aseo tanto de hombres como mujeres.
"Contamos con un reglamento interno que fue confeccionado el año pasado por alumnos de derecho. Quien transgrede una regla recibe amonestación. Con tres no podrás renovar tu estadía en el hogar el próximo año", enfatizo.
Las reglas incluyen que ninguna persona ajena al hogar se puede quedar a dormir y sólo pueden estar en las áreas comunes del recinto.
Asimismo explicó que hasta el momento esto nunca ha ocurrido ya que sólo han tenido que realizar llamados de atención verbales porque alguno de los inquilinos no sacó la basura o aseo un dormitorio.
Tienen un sistema de turnos para el aseo asignado a cada día tanto para hombres como para mujeres.
Oriunda de Huara Brigitte Moya (20) es la secretaria de la asociación que administra el hogar. Cursa el cuarto semestre de la carrera de técnico en comercio exterior en la Unap. "Me costó al principio. Los primeros meses el año pasado fueron difíciles porque uno extraña la familia". Afortunadamente la joven cuenta con la compañía de su hermano Kevin (19), quien estudia técnico en operador minero en la misma universidad.
"Tratamos de rescatar nuestras tradiciones. El año pasado y este hemos celebrado el Machaq Mara", comentó Brigitte.
Moya explicó que todos tienen el anhelo de volver a sus pueblos a devolver la mano y entregar sus conocimientos a la comunidad. "Por ejemplo los que estudian carreras del área de salud quieren trabajar en las postas rurales".
Viviana Challapa (22) es la encargada de orden y aseo. Proveniente de Sibaya cursa el cuarto semestre de la carrera de prevención de riesgos en la Unap. "Al principio es difícil acostumbrarse a estar lejos de tu familia, tus raíces, pero con el tiempo se te olvida. Mi mamá me cobra sentimientos ahora porque no la llamo nunca".
Viviana añade que igualmente para ella fue fácil porque conocía a varias de las niñas con las que comparte el hogar desde antes de irse a vivir el año pasado.
Postulaciones
Los jóvenes que quieran postular necesitan una fotocopia del carnet, fotocopia del certificado de calidad indígena, informe socioeconómico emitido por el municipio de la comuna en la que resida, certificado de residencia emitida por la junta de vecinos o comunidad a la que corresponda, certificado de participación sociocultural emitido por el representante de la comunidad u organización indígena, concentración de notas de enseñanza media o superior, no ser beneficiario (a) del subsidio de residencia indígena, certificado de alumno regular o comprobante de matrícula, entrevista personal con la comisión Evaluadora.
Los documentos son recepcionados en la oficina de la Junaeb ubicada en calle 12 de Febrero N°1070 o en el mismo hogar. J