"Bruno", "Escolás" y "Bruna" son los nombres que a cada rato grita Rosalía Ayca en medio de playa Cavancha.

Las mascotas a penas escuchan su voz corren hacia donde ella y saltan sobre su cuerpo. Los abraza como si fueran sus mejores regalones y los trata como "hijos", mientras todos los que están en la playa bajo un radiante sol la quedan mirando.

Se asombran y miran como le hacen caso en todo. A ratos les pone el collar y una cuerda y los saca a pasear por el puente de Cavancha, frente al edificio Las Antillas desde donde cada día los pasa a buscar para pasearlos por una hora, lo que le permite ganar cinco mil pesos por esa labor. Pero a medida que camina se le van sumando otros perros de la calle y todos le obedecen.

Es el cambio que logró recorrer Rosalía Ayca gracias a estas mascotas.

"Me siento súper bien, me siento importante para los perritos", dice la mujer de 32 años de edad, quien además está orgullosa de lo que hace.

"No tengo que estar pidiendo dinero a nadie, que me den tampoco, me lo gano con trabajo", asegura.

Como afirma Rosalía, por una hora por pasear a "Bruno", "Bruna" y "Escolás" gana cinco mil pesos, dinero que lo gasta en alimentación y no en drogas ni alcohol.

"Todas las mañanas con mi pareja vamos al Terminal Agropecuario, donde tomamos desayuno y luego regresamos para almorzar".

Rosalía llegó a Iquique en busca de nuevas perspectivas hace más de seis años desde Arica, donde quedó el resto de su familia. En Iquique siempre ha vivido en la playa, en Cavancha en el mismo lugar donde conoció a su actual pareja, Cristian Nolberto Largo, un limpiador de autos de tez blanca y ojos claros.

Ellos llevan una vida de pareja tranquila, aseguran. Cuando faltan pocos minutos para las 20 horas se preparan para acostarse. Lanzan al suelo un colchón a un costado de una caseta de turismo frente a Cavancha. Toman un par de frazadas y listo.

Pero cuando ya están acostados y abrigados sacan su teléfono celular marca Azumi y lo encienden para ver todas las telenovelas del Mega, asegura Rosalía.

Ella dice estar feliz con la vida simple, no le molesta vivir en la playa. "Soy muy feliz con la vida que llevo", dice segura. J