Solidario señor de la corbata azul
El martes, frente a clínica Iquique, apareció esa solidaridad perdida. Me bajaba del colectivo con mi hijo pequeño de 5 años, quien tiene discapacidad motora y autismo, al intentar bajarme pedí al chofer si me podía ayudar, quien contestó que el no se bajaba ya que al ir a abrir el maletero, podía yo u otra persona robarle el auto. Aunque bajé dejando sentado a mi pequeño en el suelo para sacar la silla, Panchito se descompensó y comenzó a llorar y gritar, fue en ese momento cuando apareció un señor que al observar todo de otro colectivo de atrás, se acercó a mi pequeño y no se cómo lo calmó sentándose en el suelo mientras yo sacaba la silla. Usted calmó a mi hijo dejando su auto tirado con pasajeros atrás, además le dejó la corbata que tanto gustó a mi niño. Podía haber ignorado esto, como la mayoría, pero no fue así, y cuando quería explicarte lo que mi hijo tenía...usted solo sonrió y me dijo calma. Gracias por no tener que volver a explicar lo que siempre digo a la gente que mira extraño. Él no es mañoso ni mal criado, tiene autismo. Gracias señor de la corbata azul.
Carla Lira