Todos al agua: Familia practica surf para tratar fibrosis quística de su integrante más pequeña
El mar es el escenario que los reúne como familia para apoyar a la integrante más pequeña del clan. Sofía, de 8 años, padece fibrosis quística y para combatir los efectos de su enfermedad hicieron de la playa su segundo hogar.
Sus padres Jonathan Ramírez y Sandra Puga en la búsqueda de fórmulas para darle mejor calidad de vida a la "Sofy" se enteraron de que el agua salada traía beneficios para esta enfermedad genética que provoca la acumulación de moco espeso y pegajoso en los pulmones, el tubo digestivo y otras áreas del cuerpo.
Las playas de Iquique eran perfectas, así que todos tomaron sus tablas de surf y se lanzaron al agua. Llegaron hace un año a una escuela de surf y en todo este tiempo han aprendido técnicas para mantener el equilibrio en la tabla.
APARECIÓ EL SURF
"La Sofy tenía 9 meses cuando llegamos a Iquique. Conocimos el diagnóstico cuando tenía 5 meses y el doctor no nos dijo cosas muy buenas. Nos contó que la enfermedad era complicada y que sólo había que luchar para darle una mejor calidad de vida", cuenta la madre.
A Jonathan la noticia lo devastó y Sandra decidió "hacerse la dura y siempre darle para adelante buscando cosas buenas".
En el camino han aparecido varias hospitalizaciones -cada dos años en promedio- pero su madre reconoce que las estadías en el hospital deberían cada vez más recurrentes. Sin embargo, en comparación a otros niños los embates de Sofía con su enfermedad han sido menores.
"En Santiago varios niños que padecen fibrosis quística pasan casi todo el invierno internados en el hospital y muchos son oxígeno dependientes. Otros tienen problemas de peso", asevera Sandra.
Los tratamientos de Sofía constan de nebulizaciones en la casa y la ingesta de un medicamento todos los días.
No obstante, es la composición del agua de mar que favorece a los enfermos de fibrosis quística, pues investigadores descubrieron que el uso de la solución salina permite expulsar la mucosa respiratoria, causada por esta enfermedad.
UNIDOS POR SIEMPRE
La pequeña hace poco volvió al mar, pues por recomendación de su médico no entró al agua durante el invierno, luego de una hospitalización.
El otro año también recibirá clases en su casa, pues sus padres decidieron sacarla del colegio debido a lo peligroso que sería si se contagia de una enfermedad respiratoria.
"Va a tener clases en la casa. Ya averiguamos cómo se puede hacer, así que en el camino vamos a ver cómo se van dando las cosas. Lo importante es que pase de curso", expresa su mamá entre risas.
Su padre rescata de su hija la motivación para asistir cada fin de semana a las clases de surf que recibe en la escuela de Robi Álvarez. "Sin ellos no sería posible", complementa.
Para él, la ejercitación física es primordial para contrarrestar los efectos de la enfermedad. "Mi sueño es seguir acompañando a mi hija junto al sol y la playa. Y si ella decide competir yo la voy a apoyar hasta que lo decida. Siempre vamos a estar motivándola", dice Jonathan.
Los progenitores expresan que el mar los unió como familia, porque todo el fin de semana están juntos practicando surf e intentando las mejores piruetas.
Los días más cálidos y la pronta llegada del verano los llenó de energía para entrar al mar cada vez que se pueda.
Pero rescatan que sortear el oleaje de las playas iquiqueñas tiene un trasfondo más importante, que es disminuir las complicaciones que trae consigo la enfermedad de Sofía.
Los cuatro integrantes entre risas y nuevas aventuras seguirán junto al mar. Cada fin de semana las olas los esperan para dar la pelea a una enfermedad que decidieron combatir juntos. J