La corbata azul pasó de moda
Pese a que el hombre de la corbata azul mostró otro lado de los taxistas, lo cierto es que el descontento de la comunidad sigue y cada día hay más personas que se quejan en las redes sociales.
Pese a que el hombre de la corbata azul mostró otro lado de los taxistas, lo cierto es que el descontento de la comunidad sigue y cada día hay más personas que se quejan en las redes sociales.
El progreso, así llamado, trae cosas inevitables, algunos de bien y otros llamados efectos indeseados. Para el desarrollo de las vacunas, millones debieron morir antes; para viajar cómodamente en avión, miles de mártires se perdieron en la pugna por conquistar los cielos.
Es casi un requisito del éxito, que bien podría resumirse en el triunfo del ensayo, por sobre las decenas y cientos de errores.
Con toda industria y actividad humana pasa lo mismo. Nada es inocuo. Al mismo tiempo que un destacado científico crea un invento, contamina, al mismo tiempo que generamos energía, inundamos un bosque, quemamos carbón y ejercemos influencia negativa sobre nuestro medio.
La minería se suma a ello. Crea riqueza, empleo, emprendimiento -bien lo sabemos-, pero tiene resultados poco deseables, igual que todas.
El punto es que seamos capaces de mitigar el daño, cosa que se ha hecho en el tiempo, gracias a la tecnología, los marcos regulatorios y demandas de la sociedad civil, entre otros.
Ello ha permitido que hoy estemos mucho mejor que ayer, lo que no implica reconocer que hay déficit importantes.
Uno de éstos es el sedimento atribuido a la acción de la minería, actividad que traslada, acopia, embarca y desembarca minerales prácticamente desde el origen mismo de la ciudad.
Ello se realizó por décadas sin fiscalización alguna, sin las mínimas medidas de control y es muy presumible que los efectos aún los estemos pagando.
¿Se ha hecho algo por mejorar? Claro que sí y esto también a implicado que las empresas que desean ampliar sus faenas deben invertir mucho más con el fin de cumplir con todos los requerimietos que exige el Estado. Eso ha significado que muchos proyectos no cuenten con el financiamiento necesario.
Iquique si bien no depende exclusivamente de la minería, es su principal actividad económica o la que genera mayores ingresos. Con el auge salitrero no quedó nada y hubo una destrucción sin contemplación del medio ambiente, hoy debemos ser capaces de corregir todo lo necesario, sin perder nuestras actividades productivas, empleo y riqueza, sobre todo con los desafíos energéticos que afectan al área.
Mucho se habla de las señales y gestos en nuestro país, especial énfasis se da en nuestra región, en salir en la prensa, para después indicar que se ha realizado una potente señal y un gesto significativo, pero los estudiosos de estos conceptos indican que señales o gestos tienen que tener un costo.
Dicho lo anterior, hemos recibido con satisfacción las señales de cambio en la política tarifaria desde la Sociedad Administradora de la Zona Franca de Iquique. De propias declaraciones del Presidente del Directorio de Zofri S.A., Patricio Sesnich hemos conocido su voluntad de que "vamos a readecuar las tarifas de Zofri". Y esperamos que estas palabras y declaraciones se manifiesten en un "gran gesto y una señal potente" para los trabajadores y usuarios del Sistema Franco.
Haciendo historia, el conflicto se arrastra desde el año pasado y significó un aumento sustantivo en los derechos de asignación en el Barrio Industrial, los que subieron hasta en un 135%, que afecta a 1 millón de metros cuadrados utilizados por los usuarios del sistema.
Consignar además, que los contratos se renuevan a sólo 5 años y siempre se ha abogado que debería ser a 15 o 20 años para asegurar la estabilidad del sistema y de quienes invierten en la palanca de desarrollo.
Por lo anterior, es que los usuarios se han organizado en la Confederación de Empresarios de Zofri, para insistir mancomunadamente que el alza de tarifas daña nuestro patrimonio, hipotecando además el futuro de la Región de Tarapacá y destruyendo un núcleo empresarial que tardó más de 30 años en consolidarse y que hoy es la fuente laboral de más de 30 mil iquiqueños y hospicianos.
Es necesario comprender que la Zona Franca no le pertenece al Directorio de Zofri S.A., pues si bien entendemos que son los administradores transitorios, no pueden arrogarse el derecho de dañar un activo que pertenece a toda una región.
Hay que entender que el alza de tarifas por uso de suelo ahuyenta la inversión y la renovación de contratos. Es decir, los empresarios emigran a zonas francas más atractivas y competitivas en términos de precios para funcionar.
Hasta el tecladista de Los Jaivas, Claudio Parra está preocupado por el abandono de la virgen de Punta Gruesa. Independiente de quien haga las obras la municipalidad debe encargarse de que lo invertido se mantenga.