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Alto Hospicio: El rápido crecimiento y desarrollo de una tierra prometida

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Desde las siete de la mañana, cientos de comerciantes se sitúan a lo largo y ancho de la intersección de avenida Los Álamos con pasaje Los Naranjos y las calles en torno al Gimnasio Municipal de Alto Hospicio, llenando de color y movimiento un nuevo día de trabajo.

Puestos itinerantes y locales establecidos por años en el barrio, dan vida a la feria más grande de la comuna, donde precisamente se inició el centro de la ciudad 'cuando todo era un peladero'.

Esa frase es posible escucharla en boca de quienes llegaron hasta la otrora Ciudad Satélite a buscar un nuevo destino y que nunca imaginaron alcanzaría los 110 mil habitantes a solo 30 años de sus primeros orígenes.

Rosa Rivero Zamorano, es una de las pioneras de la comuna y llegó junto a su esposo Juan Guacter, luego de escuchar comentarios de que se estaban tomando terrenos en Alto Hospicio.

'Yo trabajaba en el terminal de Iquique cuando una conocida me preguntó si quería irme para 'arriba', yo pensé ¿Qué haré sola allá? y le pregunté si había más gente y me dijo que sí,... como tres personas más'.

El matrimonio llegó a un terreno baldío y libremente escogieron un espacio. Luego con material ligero armaron una casa improvisada para reservar el terreno. La vida era sacrificada cuentan, no había agua, abastecimiento ni electricidad, solo a lo lejos parcelas y criaderos de animales, también llamadas chacras.

'Con los años esto se urbanizó y descubrimos que muchos estábamos a mitad de calle ubicados. Nos fuimos adecuando y finalmente nos quedamos en la esquina, en un terreno de 10 x 20 metros', agregó Rosa. El terreno elegido por la pareja se convertiría a futuro en el negocio más próspero y famoso del poblado, por ser el único en todo el lugar, el 'Alto Pinal'.

'Como teníamos que cuidar nuestro lado mi marido se quedaba acá y se aburría. Así que se hizo una pieza chica y con cajones de manzana una estantería. Yo le traía mercadería y lo vendía todo en el día, porque acá no había nada, ningún negocio, ninguna cosa. Le traía pan en la mañana y lo vendía rapidito. Después empezamos a traer de todo'.

Juan Guacter, dueño del local vio prosperar rápidamente el 'Alto Pinal', donde trabajó duro sagradamente de 7 a 2 de la mañana para abastecer todas las necesidades de sus vecinos y clientes. Allí vendía desde un alfiler hasta parafina, cuetes para las fiestas de fin de año, remedios, además de ser el centro de reuniones de la población para Navidades y Años Nuevos.

'Tuve mucho dinero, surgí muchísimo, pero me pasó la cuenta', comenta Guacter a sus 64 años, ya que sobrevivió a un coma diabético. 'Ahora estoy más tranquilo, trabajo haciendo cadenas de fierro y toco el acordeón', sonríe.

Así posteriormente junto con el minimercado 'Yo Claudio' y el primer hotel 'Benilda', comenzó Alto Hospicio a convertirse en una zona urbana.

En calle Los Naranjos, entre varios puestos comerciales, se ubica la ferretería 'Frederich', un surtido local que ocupa todo el primer piso del hogar de la familia Villagra Echiburú.

Solange Villagra de 30 años, recuerda cuando a los 9 años llegó junto a sus padres y hermanos, momento en que en Iquique ya corría la noticia sobre la nueva tierra prometida. 'No habían más de veinte casas. Era todo de tierra y para los más chicos la única entretención era ir a pedir agua en la iglesia o ir a buscar a la Copec, al menos media hora caminando'.

La mujer cuenta que en los 80's, la familia tenía una ferretería en Iquique y que por la necesidad de construcción que tenía Alto Hospicio en ese momento, comenzaron a vender de a poco y a crecer con rapidez.

'No fue el propósito hacer un negocio tan grande, la idea era tener cosas primarias, pero la gente empezó a demandar más. Incluso derribamos paredes para ampliarnos, desarmar piezas para hacer las bodegas, y así', comenta, satisfecha con los logros familiares y agrega que 'perfectamente pudimos hacernos una casa y nada más'.

Para los primeros habitantes del Alto Hospicio de ese entonces, resulta increíble el crecimiento que experimentó la comuna que actualmente alcanza los 110 mil habitantes, dos veces las 52 mil personas que eran en el 2004.

Según el académico del departamento de Ciencias Históricas y Geográficas de la facultad de Educación y Humanidades de la Universidad de Tarapacá, Patricio Rivera, el poblamiento de Alto Hospicio viene de época prístinas, pero no en el lugar actual sino en el antiguo asentamiento de Huantajaya, que luego fue centro minero con posible extracción de los Incas.

Posteriormente en 1927, se instala la Base Aérea Los Cóndores y hacia los años 60 los llamados parceleros, pero el origen de la población definitiva es en 1987.

'Fue el 14 de junio cuando se instalaron campamentos de erradicados de Iquique, que se habían tomado terrenos en el Barrio El Colorado y éstos son desalojados por fuerzas militares y trasladados en la madrugada en camiones militares y dejados en plena pampa de Alto Hospicio, bajo la administración de la alcaldesa designada Myrta Dubost.'.

El académico explicó que posterior a ello hubo una oleada de familias en 1996 que poblaron La Negra y en 1998 con las tomas 'Autoconstrucción' que se instalan en los alrededores de este proyecto emblemático de la administración del alcalde Jorge Soria', señala.

'Estos campamentos, luego casas, mediante subsidios rurales configuran el centro real histórico de Alto Hospicio, que está en las calles Los Aromos con los Álamos, dado que ahí se ubican las casas rurales entregadas en subsidios con amplios terrenos que tienen usanza sureña, porque muchos pobladores eran de sur de Chile. J