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Atractivos descuidados

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La región de Tarapacá caracteriza por su gran cantidad de atractivos turísticos, los que cada verano se transforman en un deleite para los miles y miles de visitantes. Estos, además de la playa, ofrecen una serie de alternativas.

Sin embargo, es penoso visualizar cómo muchos de ellos permanecen descuidados, situación que se aparta de toda lógica, sobre todo al pensar que el verano se acerca a pasos agigantados.

Sin duda, esto es un problema para quienes se empeñan por mostrar una región turística y que busca levantar los bajos índices que dejaron los terremotos del 1 y 2 de abril.

En Iquique, por ejemplo, el parque temático de Cavancha está muy lejos de ser lo de años anteriores y sus atractivos están disminuidos por efectos del vandalismo y la despreocupación. Ocurre lo mismo con el Monumento Al Marinero. Además, el paseo Baquedano, uno de los principales puntos de encuentro para turistas extranjeros, cada vez tiene más deterioradas sus calles y piletas.

La virgen de Punta Gruesa también se encuentra descuidada y si bien será un avance su traspaso a la Iglesia, los cambios no se verán tan rápido. A eso se suma el vertedero clandestino que se ubica detrás del cerro Dragón, el que a pesar de cientos de anuncios de limpieza, sigue almacenando desperdicios.

Situaciones como las descritas no sólo ocurren en Iquique, sino que se expanden a otros atractivos regionales, entre los que se cuenta el Gigante de Atacama de Huara, donde aún no logran retomar las obras del cierre perimetral, las que fueron suspendidas por no cumplir con los estándares requeridos y verse seriamente afectadas durante los movimientos telúricos.

En tanto, las oficinas salitreras, salvo en manos privadas, se encuentran sin ninguna protección, dando pie al saqueo de lo poco que queda. Ni hablar del daño a los cementerios y la profanación de tumbas.

El turismo es un área productiva de bajo impacto y que emplea a miles de personas, por lo que debe ser una preocupación constante de las autoridades y de todos en la región.

La época estival está a la vuelta de la esquina y se hace urgente buscar medidas que permitan mejorar la imagen de una región que necesita de más visitantes.

Editorial

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La capacidad de escribir y entender la palabra escrita, es un elemento esencial para incorporarse a la sociedad y relacionarse de manera efectiva, pues la lectura juega un papel central en el desarrollo cognitivo.

Sabemos que cada día se lee menos, hecho corroborado por el segundo Estudio de Competencias Básicas que realizó el Centro de Microdatos de la U. de Chile, el cual indica como la capacidad de entendimiento de la población adulta no ha cambiado entre 1998 y 2013, lo que es un panorama por decir lo menos desolador.

También hay elementos esperanzadores que dan cuenta de cierto grado de avance como la Tercera Encuesta Nacional de Participación y Consumo Cultural, entregada por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes 2013 que señala que la lectura está en alza y si en el 2009 un 41,4% decía haber leído un libro en el último año, el 2013 la cifra subió a 47,6%.

Es claro que sigue todavía muy bajo y está asociado a un escaso interés por leer de todos los grupos etáreos, especialmente, jóvenes y niños. Pero para solucionar esto ¿Qué estamos haciendo?

Como Universidad estamos conscientes de la situación y asumimos la responsabilidad, tanto en docencia como en la vinculación con la comunidad, es así como desde el año 2008 organizamos la Feria del Libro, una iniciativa desarrollada en pleno Paseo Baquedano que comenzó de manera muy humilde. En la actualidad la UNAP, gracias a las alianzas con el Consejo Regional de la Cultura y las Artes junto a la Municipalidad de Iquique; y el área privada, representada por BHP Bilinton Pampa Norte, el 2014 esta feria en honor a los Premios Nacionales Tarapaqueños, ha alcanzado ribetes nacionales e internacionales, al ser una instancia gratuita, participativa y espacio ideal para el arte.

Disfrutar de la lectura es un derecho, un derecho que hasta el 22 de noviembre en esta nueva versión de la IV Feria del Libro, junto a la música, el teatro, la poesía y la danza, permitirá a la comunidad iquiqueña compartir un buen momento y el deleite de leer un buen libro.