Secciones

Microalgas se convierten en fuente para obtener biodiesel

E-mail Compartir

Por ser microscópicas casi nadie las conoce y mucho menos se piensa en la utilidad que estas pueden generar. Se trata de las microalgas marinas, que actualmente son estudiadas en la región como una importante fuente de obtención de biodiesel, componente principal para la generación de combustible.

A cinco millas mar adentro, un grupo de profesionales liderados por el microbiólogo Rubén Moraga, viajan en botes para tomar muestras de microalgas nativas; siendo los meses de julio y agosto los más propicios para cumplir el objetivo.

Utilizando mallas con pequeñas porosidades, el equipo de trabajo, que ejecuta el proyecto "Producción de biodiesel a partir de microalgas nativas en la costa de Tarapacá con el fin de promover intenciones de inversión", extrae estos microorganismos los cuales son transportados en recipientes con agua salina hasta llegar a tierra.

Ya en la planta piloto de la Facultad de Recursos Naturales Renovables de la Universidad Arturo Prat, ubicada en el campus Huayquique, los cuatro profesionales a cargo del proyecto entran en acción.

Rubén Moraga explica que el primer paso, tras la obtención de las muestras, es traspasar las microalgas a frascos con agua marina que es filtrada y esterilizada. A esta se le agrega F2, un fertilizante que permite que los microorganismos se alimenten y sobrevivan fuera de su habitad natural.

"Obtener la muestra nos demanda un par de días, lo que demora es hacerlas (microalgas) crecer en agua de mar sintética al cual le echamos nutrientes. De dos a cuatro meses es lo que demora para que la microalga se adapte a esa condición y se pueda multiplicarse en el laboratorio", detalla Moraga.

Una vez que las microalgas se adecuan a su nuevo habitad empieza el siguiente reto: hacer que estas se multipliquen.

De trabajar inicialmente con pequeños frascos de medio litro, el equipo de investigación se proyecta a alcanzar cultivos en 1.500 litros de agua marina tratada. Los ingenieros en biotecnología Cristian Toledo y Jorge Valdés, y la ingeniera en Pesca Karen Guissen comienzan con la fase de escalamiento.

"Después de lograr que las microalgas sobrevivan y se multipliquen en frascos con medio o un litro de agua marina sintética, pasamos a etapas de 20 litros y desde ahí ya podemos proyectarnos a trabajar es escalas de 200 y 500 litros como actualmente lo estamos haciendo", precisa el director del proyecto mientras recorre la sala de cultivo masivo donde cuentan con aire acondicionado para mantener el ambiente a una temperatura de 16 grados Celsius y una bomba que inocula aire filtrado a los contenedores de los microrganismos.

Teniendo en cuenta que a mayor cantidad de células, se obtienen más ácidos grasos; una vez alcanzada la reproducción de las microalgas el equipo de investigación está cerca de obtener el biodiesel. Haciendo uso de metanol e hidróxido de sodio sometiendo a temperaturas de aproximadamente 60 grados, logran que el agua se evapore y finalmente se obtiene el biodiesel.

"Este proceso se denomina transesterificación que consiste en la obtención de los lípidos, a partir del uso de metal, un alcohol que tiene la capacidad de penetrar la célula y capturar las grasas; obteniendo el biocombustible y como desecho glicerol", detalla Moraga.

ESPECIES EN ESTUDIO

Las playas Cavancha, Brava y Chanavayita son los tres puntos en los cuales trabajan para la extracción de las microlagas.

Desde diciembre del 2012 en que inició el proyecto, a la fecha se han identificado diez tipos de microorganismos de los cuales con cinco se ha experimentado la extracción de biodiesel.

Cada especie es aislada y el trabajo que aún falta desarrollar es la tipificación de cada una de estas a través de análisis de cromatografía y otros que permitan determinar sus características fisiológicas.

"Nosotros como planta piloto es extracción de aceite, estamos haciendo los análisis y muestras que finalmente se refina, con reacciones químicas y se produce biodiesel", comentó Jorge Valdés.

Mientras se observa cada uno de los ambientes que posee esta planta piloto como son el separio, sala de cultivo masivo, piscinas piloto y laboratorio de análisis;los investigadores destacan que, a diferencia del biodiesel que se obtiene de productos como la soya y la palma, que podrían priorizarse para el consumo humano, ellos proponen su obtención a partir de microoganismos.

"Lo importante es que a partir de una microalga obtenida del mar se pueden multiplicar sin necesidad de volver a tomar otra muestra", resaltan los investigadores y precisaronque ya se encuentran en la fase final del proyecto el cual concluirá con la clasificación de las microalgas marinas y la determinación de sus características para poder establecer cuáles proveen de mejor calidad de biodiesel.

INICIATIVA

El referido proyecto, ejecuta por la Universidad Arturo Prat, se desarrolla con el objetivo de generar información necesaria para que empresas nacionales puedan tomarla como base para la generación de combustible a partir del biodiesel que producen microorganismos hallados en el litoral de la región Tarapacá. "Lo importante de este proyecto es que estamos trabajando con microalgas nativas de nuestra región nunca antes estudiadas ni empleadas por ningún tipo de industria", comenta finalmente Karen Guissen. J