244 hombres denunciaron maltrato de su pareja
"Afortunadamente ya no vivo ese calvario, con la gracia de Dios. Ahora vivo tranquilo, ya no tengo depresión, estoy bien solo y a mi edad ya no pienso en tener una nueva familia", dijo C.R. de 62 años, quien llegó hasta el Tribunal de Familia para denunciar maltrato psicológico y físico propinado por su mujer durante 16 años.
El es uno de los 244 hombres que durante enero y septiembre de 2014 denunciaron violencia intrafamiliar generada por su pareja, según información entregada por el Servicio Nacional de Mujer (Sernam) de Tarapacá. Hay 19 casos más, con respecto al periodo de enero-septiembre de 2013.
En septiembre de este año, C.R iba a declarar ante un juez del Tribunal de Familia, pero no pudo concretarse la formalización, porque la mujer quedó presa en la cárcel de Alto Hospicio por el delito de hurto. El 14 de este mes quedó en libertad, sin acercarse más a C.R.
Antes de terminar su relación con su mujer, la víctima envió una carta al Diario La Estrella, contando el calvario que vivió durante años por el maltrato físico y psicológico que supuestamente le dio su pareja.
"Desde hace 16 años vivo un infierno crónico. Me junté con una mujer con tres hijos, argumentando que el mayor era mío, le creí, de allí en adelante todo fue un desastre. Después nació una niña, que cuando cumplió tres años di por terminada esta relación tortuosa con roces frecuentes, insultos denigrantes y palabras humillantes", fue lo que narró en la carta.
La vergüenza de contar
Para C.R, muchos hombres prefieren callar su caso de violencia intrafamiliar antes de hacerlo público. "Por vergüenza y orgullo muchos callan el infierno que viven en sus casas provocado por la mujer", comentó.
Ante esto, C.R. desea que exista una institución como Sernam, la cual ampare la dignidad de los hombres. "La mujer tiene como ayuda y apoyo el Servicio Nacional de la Mujer y nosotros los hombres qué institución estatal nos apoya", mencionó.
Ahora C.R. vive tranquilo junto a su hija de 15 años, en calle Barros Arana. La menor decidió vivir con su padre en desmedro de su mamá, quien vuelve a reinsertase a la sociedad luego de estar privada de libertad durante 60 días.
"Las víctimas deben atreverse a denunciar, a contar sus pesadillas. Mientras más casos hay, la justicia escuchará al hombre", finalizó C.R. J