Se ha informado que médicos y enfermeras de Latinoamérica participan en un curso organizado por la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud en Chile, para fortalecer la capacidad de los países para detectar, aislar y manejar pacientes con el virus del Ébola, ante la posible llegada de un caso importado.

El personal hospitalario es entrenado en cómo detectar, aislar y manejar pacientes sospechosos, diagnóstico y el manejo clínico, el uso de los equipos de protección personal, la organización de las unidades de tratamiento para pacientes y la prevención de riesgos.

El mundo se ha alarmado con el brote del Ébola, que resurgió en África y logró cruzar las fronteras de otros continentes. La Cordillera de los Andes, que siempre ha actuado como una barrera natural, se ve cada vez más etérea con los procesos de la globalización y la masificación de los vuelos internacionales.

Chile no puede estar ajeno a ello y debe prepararse en caso de que el virus llegase a cruzar nuestra frontera. Contraer el Ébola es difícil, pero se ha alertado a la población de que este virus podría mutar para contagiarse a través del aire y las vías respiratorias, pero esto es sólo una posibilidad. Por ahora la enfermedad se transmite únicamente a través del contacto directo con fluidos corporales.

Se ha señalado que las autoridades y los medios tienen la responsabilidad de evitar generar pánico colectivo, poniendo énfasis en otorgar la debida información acerca de la prevención y control. Más que sembrar la preocupación, es vital el establecimiento de protocolos con estándares internacionales e informar debidamente a la ciudadanía acerca de las formas de contagio y las medidas de prevención. Las autoridades deben encargarse de que los chilenos sepan qué hacer en caso de la sospecha de un contagio.

El miedo puede convertirse en un enemigo, y sólo será apaciguado a través de esfuerzos para restaurar la confianza pública en instituciones médicas. El Ébola no ha llegado al país, pero es importante que la OPS y la OMS hayan elegido a Chile para realizar desde aquí la preparación de especialistas latinoamericanos.

Es fundamental tratar de determinar la o las razones por las cuales ningún inversionista privado se interesó en el puerto de Iquique, que se suma al hecho que desde hace algún tiempo algunas navieras evitan recalar en este puerto y que ya ha significado el éxodo de importante agencia de estiba y desestiba.

La eficiencia en la operación de un puerto está asociada, entre otros, al período en que está disponible, en lo posible los 365 del año, sin embargo si uno revisa las estadísticas de los últimos años observará que alrededor de 100 días (un 30% del año) no esta operativo, ya sea por paros o tomas (39 días este año) o por marejadas (67 días), lo que evidentemente inhibe la inversión y afecta negativamente a Zona Franca.

La licitación del nuevo terminal del puerto contemplaba alternativas que van desde la extensión del actual molo de abrigo y sus frentes de atraque, hasta la construcción un nuevo terminal, cuyo costo parte en 140 millones de dólares más equipamiento. Dado el movimiento proyectado para el puerto no es fácil recuperar la inversión en el período de 30 años, por lo que su operador debía ser muy eficiente y tener seguridades de la mantención de la reglas del juego, y es acá donde el factor inestabilidad de la administración económica del país tiene un rol preponderante. La eliminación del D.L. 600 que garantiza retorno a inversionista extranjero, especialmente cuando hay un ambiente de incertidumbre; la falta de certeza en la mantención de legislación actual, léase reforma a tributaria y laboral entre otras, que se ve agravada por la mala calidad de las propuestas legislativas, como quedó demostrado con la reforma tributaria; amenaza de cambios constitucionales, que podrían incluir modificar la garantía del derecho de propiedad o del rol del Estado en la actividad económica; conflicto político permanente con Bolivia, un importante cliente de Zona Franca y potencial usuario del puerto, son, entre otras, las variables que cualquier inversionista del tamaño requerido para el Puerto de Iquique, tendrá presente.

Como Auz, estamos preocupados por la fallida licitación, de suerte que a la brevedad contemos con un puerto tecnologizado y eficiente, cuya operación esté asegurada, caminos expeditos y transporte de punta, y reglamentación no burocrática.