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Autores de las detenciones ciudadanas arriesgan cárcel

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Las detenciones ciudadanas, que consisten en capturar a un delincuente que es sorprendido robando, aumentaron durante este año en la región, sobre todo en noviembre y diciembre. Sin embargo, las personas responsables de estos arrestos hechos para "cobrar justicia" con sus propias manos, podrían arriesgar multas y condenas efectivas en la cárcel.

"Si alguien detiene a otra persona está dentro de sus facultades, la ley sí permite que puedan atrapar al (delincuente) que pillaron flagrantemente cometiendo un delito. Una cosa distinta es que alguien golpee al individuo que ya está reducido, estaríamos en presencia de un hecho ilícito que corresponde a una sanción dependiendo de la gravedad de las lesiones", dijo el fiscal jefe de Iquique, Gonzalo Guerrero.

Si el autor de la detención ciudadana u otra persona que llegó a sumarse a la captura provoca lesiones leves al delincuente, sería sancionado con el pago de una multa. En el caso de que las lesiones sean medianamente graves, el castigo podría ser una multa o incluso reclusión de 61 a 540 días, dependiendo cómo sucedieron los hechos.

En tanto, si el ladrón sufrió daños graves en el cuerpo, el autor del hecho puede arriesgar cinco años y un día de prisión.

"Daré un ejemplo, en Santiago ocurrió una detención en el Paseo Ahumada que muchas personas pensaron que fue humillante, pero en definitiva lo que hizo la gente fue sujetarlo a un poste con papel alusa, para mantenerlo inmóvil. Pero si no puede moverse y llega alguien y empieza a golpearlo está cometiendo claramente un delito", explicó con detalles el fiscal Guerrero sobre lo que permite y sanciona la ley en casos de detención ciudadana.

Otra mirada

Andrés Leyton, de 54 años, detuvo a un delincuente de nacionalidad mexicana, quien asaltó a un adulto mayor, arrebatándole 10 millones de pesos.

"Alguien gritaba que habían asaltado a una abuelita (después supo que el afectado era un hombre) y decía las características del ladrón, quien paso por delante de mí. Seguí al tipo que bajó a esconderse en el estacionamiento subterráneo de Plaza Prat, en ese momento pedí ayuda para que nos colaboraran y así pudimos reducirlo entre tres personas. Luego empezó a llegar más gente, quienes espontáneamente comenzaron a golpearlo", recordó.

"Yo no lo comparto (propinar golpes a un delincuente reducido), pero lo puede entender. Si el tipo quiere escapar es necesario usar un poco de fuerza, pero si ya está detenido hay que entregarlo a las autoridades, es lo lógico, pero la gente tiene desconfianza en la policía y prefiere tomar justicia con sus propias manos, es algo que escapa de todo control", mencionó Leyton.

El estrés también sería uno de los factores

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l Una opinión similar tiene la directora de la carrera de Psicología de la Universidad Arturo Prat, Antonia Luza, quien dijo que las situaciones personales conllevan a la gente a realizar actos como la detención de un delincuente en la vía pública.

"Uno puede tomar en cuenta la condición actual de un sujeto que presencia un acto determinado como un asalto. Por ejemplo, estamos a fin de año y estamos estresados por distintas situaciones de la vida y además observamos una situación de injusticia que conlleva a una detención ciudadana. Estamos en una época del año que tendemos a reaccionar frente a estados emocionales", dijo Luza. J

Psicóloga: "Tienen que ver con una insatisfacción acumulada"

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l Esta nueva tendencia de "cobrar justicia" sin la ayuda de fuerza policial, es analizada por psicólogos de la región de Tarapacá quienes concuerdan en dos aspectos: la gente actúa por descontento con la justicia chilena; y existe un factor introspectivo relacionado al estado emocional y mental de cada persona que los lleva a actuar instintivamente ante la presencia de un robo.

"Estas detenciones tienen que ver con una insatisfacción acumulada, decepción y frustración con la delincuencia y cómo operan algunos sistemas públicos que perdieron credibilidad. También existe una idea imperante de que todo se soluciona con cárcel, pero en realidad vemos que los presos no cambian y salen con mayores habilidades para delinquir; entonces ingresamos a un círculo vicioso que inquieta a las personas quienes ven como única solución tomar justicia con sus propias manos", dijo la presidenta del Colegio de Psicólogos de la filial de Tarapacá, Lucila Pizarro. J