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La mujer que instauró una tradición de 37 años

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Luego de más de una hora de viaje y tras pasar por el pueblo de La Tirana, una entusiasta mujer de 75 años, espera al exterior de su vivienda para compartir la tradición que mantiene viva hace 37 años: confeccionar un pesebre para adorar al Niño Jesús.

Al ingresar a su domicilio ubicado en la calle Pedro Guagama, parcela 13 sitio 7, en la comuna Pozo Almonte; un letrero indica que al interior se encuentra una representación del nacimiento del hijo de Dios. A esta, el lunes 5 de enero y ayer llegaron danzantes y visitantes para adorar a la sagrada imagen al conmemorarse la solemnidad de la Epifanía del Señor, conocida como Pascua de los Negros.

Una polera con la imagen del Niño Jesús da cuenta de la fe de Beatriz Bavestrellos quien con orgullo la muestra y comenta que el amor que siente por el hijo de Dios es único, por cuanto él le concedió el milagro de seguir con vida.

Apenas se ingresa al inmueble, un pesebre de dos metros y medio de alto por cuatro de ancho, destaca al final del ambiente principal de la casa. Su estructura elaborada con troncos de tamarugo y ramas de retama lo diferencian de las tradicionales representaciones en que se emplean papeles para confeccionar los pesebres.

PREPARACIÓN

Bavestrellos cuenta que fue los primeros días de diciembre cuando inició la preparación del nacimiento para lo cual recurrió a su amiga Aurelia Araya quien la ayudó a entrelazar la retama con la cual luego dio forma al techo y muros del pesebre. Este albergará hasta fin de mes a las imágenes de la Sagrada Familia como también de los reyes magos, pastores y animales.

"Yo empecé esta tradición como un agradecimiento al hijo de Dios que ha permitido que hoy siga en vida y pueda ver a mis hijos, nietos y bisnietos. Para mi pedí salud y que bendijera a mis hijos, y en especial que yo pudiera vivir para dejar esto a las nuevas generaciones", confiesa entre lágrimas la mujer quien recuerda que una septicemia generada a partir de una operación a la que se sometió en 1975, casi la lleva a la muerte.

Mientras explica que para la confección del pesebre también empleó cuero de cabra para atar los troncos de la estructura, la mujer muestra una a una las siete imágenes de Jesús que se hallan en el nacimiento.

"Algunos me los regalaron y otros los compré, pero los que tienen cabellito son los más antiguos porque los de ahora ya no vienen así", narra Bavestrellos quien además presenta a su hija Patricia, responsable de decorar toda la representación.

Frente al pesebre, dos filas de sillas aguardan vacías. La dueña de casa informa que estas son para recibir a los visitantes que el lunes y ayer debían llegar para adorar al niño. A estos también les ofrece bebida y alimentos como agradecimiento por haber acudido a orar, cantar y danzar a la sagrada imagen.

Es el caso del baile de pastores de San José que desde Arica llega todos los años a visitar el pesebre de la dama iquiqueña quien gran parte de su vida radica en la comuna de Pozo Almonte.

"Cuando empecé a hacer mi pesebre nadie venía a ver a mi niño Jesús así que fui al Santuario de La Tirana y le pedí al baile pastores de San José para que venga a danzar y cantar. Desde entonces nunca dejaron de venir y se convirtieron en los padrinos de mi niñito Jesús", detalla Bavestrellos quien muestra una fotografía donde aparece junto a los danzarines.

CASA IDEAL

Precisa que la comodidad que ofrece su casa para recibir a las agrupaciones de baile y visitantes se debe a que esta fue construida para tal fin. Recuerda que su primer pesebre lo armó en su casa ubicada en la calle 16 de julio en el pueblo de La Tirana, para años después trasladarse a la parcela ubicada en el kilómetro 9, camino a Pica; y finalmente donde actualmente reside.

Son muchos los recuerdos que evoca la mujer cuando es consultada sobre los inicios de esta tradición y mientras los trae al presente va recorriendo los diferentes ambientes de la casa donde tiene todo listo para atender a los visitantes.

En una habitación, guarda exclusivamente la vasija que la noche de ayer debía ocupar para servir la cena consistente en asado acompañado de arroz y papa con salsa verde, en tanto en otro ambiente se encuentran las mesas y sillas donde los danzarines se sientan para servirse la cena cómodamente.

"Todo esto es posible con aportes familiares. Nosotros cubrimos los gastos para preparar los alimentos", remarca al referir que con apoyo de sus hijos logra adquirir los insumos para preparar la comida que ofrece a los visitantes en gratitud por danzar y cantar a la imagen de su niño Jesús.

Al tiempo que Bavestrellos comparte la historia que guarda su tradición, en el pueblo de La Tirana los bailes de pastorcitos participan de la misa de fiesta por la Pascua de los Negros, presidida por monseñor Guillermo Vera. Consciente que después de concluida la procesión del niño Jesús, los bailes de pastores realizan su saludo a la sagrada imagen para luego participar de la despedida; Bavestrellos ultima los detalles para ofrecer su recepción.

Con el cotillón en mano las hijas de la dueña de casa esperan a los visitantes para participar de la cacharpaya con la cual darían fin a las celebraciones por la Epifanía del Señor.

Sin embargo, la mujer afirma que, aun cuando el 6 de enero es la fecha en que concluyen los actos en torno al nacimiento de Jesús, ella mantiene armado el pesebre hasta fines de enero con el objetivo de que los visitantes puedan adorar a la sagrada imagen.

Con lágrimas en los ojos, Bavestrellos confiesa que la Navidad como la Pascua de los Negros son fechas que les permite reunirse con sus familiares con quienes año a año da vida a esta tradición que espera continúe cuando ella deje este mundo.

"Yo vivo sola todo el año, y para estas fechas llegan mis hijos, nietos y bisnietos", expresa con profunda tristeza al recordar que al concluir esta celebración nuevamente respirará la soledad al interior de su casa que diseñó con el objetivo de hacer posible la adoración al niño Jesús. J