Dos meses sin ver a Iquique
Los hinchas tendrán que esperar más de dos meses para poder ver a Deportes Iquique en el Tierra de Campeones. La sanción por los dichos racistas penará un buen tiempo.
Los hinchas tendrán que esperar más de dos meses para poder ver a Deportes Iquique en el Tierra de Campeones. La sanción por los dichos racistas penará un buen tiempo.
Muchos iquiqueños se encontraron con las calles demarcadas, los basureros desocupados. También los escaños y sombreaderos de la plaza serán restaurados, todo por el Dakar... ojalá que las autoridades se acordaran todo el año y no solo por el rally.
El brutal ataque terrorista que cobró la vida de 12 franceses -entre ellos ocho periodistas- se produce en momentos de particular tensión étnica y religiosa en Europa.
Los asesinatos en Francia no fueron un mero acto terrorista sanguinario que remece la conciencia del mundo -que vio atónito el actuar determinado y profesional del grupo de extremistas y cómo se ensañaron con un policía acribillado, rematándolo en el suelo-, sino un terrorismo selectivo, en contra de la libertad de expresión, uno de los derechos humanos más valiosos, insustituible, que está en la base de la democracia y de la cultura occidental.
Más allá de que la revista Charlie Hebdo sea un medio de comunicación satírico, que usa groserías provocativas que muchas veces ofenden a grupos políticos, religiosos -cristianos o islamistas- y sociales, el atentado contra sus profesionales debe ser condenado sin titubeos, pues precisamente en esos márgenes a contracorriente, no convencionales y transgresores, se prueba la vigencia y respeto a la libertad de expresión. En la revista atacada lo sabían; por eso Stephane Charbonnier, uno de los caricaturistas muertos, se quejaba de que "nadie se percata cuando nos reímos de los católicos tradicionales, pero no se nos permite reír de los musulmanes de línea dura".
Las posturas radicales antimusulmanas en ningún caso pueden ser la respuesta correcta y más eficaz a los atentados brutales de grupos extremistas islámicos, que nada tienen que ver con la esencia de la doctrina de Mahoma. Los líderes musulmanes tienen la responsabilidad de contener a los sectores que, indirectamente, atentan contra su propia doctrina, incitando al odio y a la revancha.
La lucha contra el terrorismo es una misión de todos, pero vemos cómo la ONU se encuentra bloqueada y es incapaz de coordinar una tarea que debiera ser prioridad de la organización.
Desde Chile este tipo de amenaza parece muy lejana, pero el modus operandi de los terroristas puede ser una fórmula contagiosa, que traspasa límites e ideologías.