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El Morro vive 60 años de pasión por su Carnaval

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El tradicional barrio "El Morro" en silencio. Ocho y media de la noche, los bronces hacen el primer llamado anunciando que el carnaval ya comenzará.

Nueve de la noche, los bronces realizan el segundo y último llamado y a lo lejos se escucha parte del himno, "Carnaval, Carnaval es el grito general, Carnaval, Carnaval su alegría sin igual…"

Con el tradicional pasacalle los más de 5 mil habitantes del barrio más antiguo de Iquique, en ese momento comienzan a vivir su verdadera fiesta de Año Nuevo, que para ellos se inicia con la festividad.

El pasacalle se realiza "sin que se sepa", contó el presidente del Club Unión Morro, Rodrigo Malagarriga. "La idea es que los vecinos al escuchar la primera tocata de la banda, salgan a las calles y se sumen al multicolor recorrido".

Al son de las bandas de bronces, la gente camina por todo el barrio, tirándose harina, cantando y "chayando" a quien esté cerca de ellos.

HISTORIA

El carnaval morrino es una festividad tradicional de la ciudad, cuyas raíces son las "Anatas" o carnavales andinos. Una fiesta que dura casi un mes y que culmina con el entierro del "Rey Momo".

Desde que nació el Club Unión Morro en 1955, sus vecinos participan en la festividad donde por varios días se juega con agua, harina o brillantina. Además, el martes fue instaurado como el "Día de los Picados", ocasión en que el comercio y las oficinas cerraban sus puertas ya que nadie se libraba de quedar empapado.

"Hay registros anteriores a la formación del Club Unión Morro, donde se demuestra que el carnaval ya se hacía, pero con espontaneidad, que nacía sólo de los vecinos sin ninguna asociación que apoyara", relató Malagarriga.

Una fiesta que hoy se externalizó y no sólo participan los morrinos sino llega gente de otros sectores de la ciudad que quieren ser parte del "carnaval que nunca muere".

"Todos quienes se sienten parte del barrio, participan y llegan acá aunque sean de otras poblaciones", dijo el dirigente.

Recordó que el barrio El Morro no sólo abarca sus clásicos pasajes, ya que parte desde la caleta Riquelme hasta la piscina Alcalde Godoy y desde Baquedano hasta la costa. Es por eso mismo, que cada año llegan cerca de 10 mil personas a celebrar.

rey momo

La historia del carnaval no puede ser la misma sin la presencia del "Rey Momo", el cual es enterrado el último día de la festividad.

Pero a Momo no puede personificarlo cualquiera. Rodrigo Martínez, vicepresidente del club, dio la clave para encontrar al hombre perfecto.

condoros

El rey de este año es un dirigente deportivo del club, quien se ganó el título principal.

"Esta persona era delegado deportivo y una vez, en un tercer tiempo después de un partido, como delegado tenía todos los carnet de los jugadores de todas las series y se le perdieron. Lo perdonamos, siguió cumpliendo su cargo y a la semana siguiente le volvió a pasar lo mismo, así que quedó como el Rey Momo", contó.

viuda

Durante los días previos al entierro, el Rey Momo se encuentra agonizando en su lecho de muerte. Pero no está solo, ya que lo acompaña su "fiel" esposa, quien luego pasa a ser la famosa viuda que lo llora mientras recorre las calles de El Morro, consolada por los vecinos, entre ellos su "patas negras".

Hace 16 años que Ángel Ossandón, más conocido entre los morrinos como el "Agüita", personifica a la peculiar viuda.

"Soy sucesor del "Pelao Pequerey" que también hacía de viuda. Yo antes me vestía de todas las famosas que salían en la televisión como Doña Bella" .

Esta viuda tiene la particularidad de no ser morrina, ya que fue adoptado en el barrio desde su infancia.

"Yo vivo en Obispo Labbé con Thompson y de cabro chico junto a mis hermanos veníamos a jugar al Morro y compartir con la gente de aquí. Hasta ahora sigo participando", dijo Ángel.

Según el Agüita, son esos recuerdos su gran motivación para disfrazarse de la llorona durante los días de fiesta.

"Es bonito y yo soy yo no más cuando me pongo el traje. Yo me consigo todas mis cositas para personificarme y cuando me visto me voy caminando por todas las calles del centro hasta el Morro para comenzar el pasacalle", contó.

Muchas historias nacen de las locuras de la viuda en los días de celebración.

Ángel comentó que hubo una vez que se negó a disfrazarse porque hubo una situación que le disgustó.

"Me enojé, me fui para la playa y unas señoras trataron de convencerme para que me vistiera. Sin darme cuenta, una me hacía cariño, mientras que las otras mujeres me maquillaban y vestían. Al final, salí igual de viuda", relató.

todos celebran

En el carnaval morrino no sólo participan los adultos, ya que los menores también tienen su oportunidad de ser parte de la festividad.

Ejemplo de ello es el segundo pasacalle, donde niños y adultos se disfrazan y arman coloridas comparsas que son acompañadas por las bandas de bronce.

Mientras que, los vecinos antiguos, muchos de la tercera edad, se reúnen en el club donde realizan un conversatorio y cuentan historias de los primeros carnavales, además de las historias del barrio.

"Ahí se acerca mucha gente mayor, ellos llegan a contar historias y anécdotas porque es entendible que no puedan participar de la misma forma que lo hacían hace años", agregó Rodrigo Martínez.

En este barrio existe una identidad que congrega a los morrinos entorno a su propia historia, la que recuerdan a través de la memoria de sus pobladores.

Está latente el grito de "campeones del mundo" gracias a los jóvenes ligados al mar, tal como el último campeón mundial de Bodyboard, Yoshua Toledo, así como los grandes deportistas que pertenecen al Club Unión Morro y los murales de "La banda del Morro" que colorean el barrio.

Este año, los pobladores de tan tradicional vecindario celebrarán como acostumbran, su carnaval en sus históricas playas y pozas disfrutadas por generaciones, ad portas de cumplir el centenario desde su fundación. J