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Argentinos llegan a Cavancha pero no dejan sus tradiciones

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Están hace una semana de vacaciones en Iquique y ya encuentran todo agradable.

"El paisaje es divino, muy lindo", dice Romina Cayetano. "La playa es limpia. El clima perfecto", agrega su esposo Carlos. "Disfrutar el mar no tiene precio. Mis hijas se levantan en la mañana y ya quieren estar acá", cuenta el argentino.

Ambos viajaron desde Tucumán junto a sus hijas y los padres de Romina. Llegan a la playa después de las trece horas y se quedan hasta las siete de la tarde.

"Yo traje todo desde Argentina y si se acaba, lo encontraremos en el supermercado, con diferentes nombres, pero es lo mismo", asegura Romina, respecto a la infaltable hierba mate y las galletas glaseadas.

Pero también hay tradiciones locales que les han llamado la atención. "Me ha encantado ese durazno con maíz", dice la madre de Romina, Fanny refiríendose al popular mote con huesillo.

En cuanto a las distracciones, los primos argentinos Franco Alexander y Santiago Aguirre juegan al tejo.

Pero hay una sola crítica. "El trato es diferente. Son como secos, distantes, muy desconfiados", dice Romina. "A la gente le cuesta largarse a conversar", agrega su pareja.

El suegro de Carlos, Florentino coincide con la crítica. "Cuando uno va a comprar, te tratan fríamente. No sé si es normal o porque somos argentinos, pero nos cae pesado", dice.

Su esposa, Fanny, agrega, "cuando no sabes algo y vas a preguntar, no son muy amables. Habría que mejorar la cordialidad".

residentes

A pesar de que la presencia argentina es innegable, no son los únicos extranjeros que por estos días visitan Cavancha.

Roxana Carrillo, viajó desde una localidad al norte de La Paz en Bolivia y llegó a la playa junto a dos amigos que conoció en el bus hasta Iquique. "Es primera vez que vengo y me gustó", dice.

Asimismo, los encantos del popular balneario siguen llamando la atención de los extranjeros que residen en la ciudad.

El colombiano Eduard Ibarra llegó desde Calí y hace tres años trabaja en la capital regional.

"Las aguas son más frías, es bastante diferente para nosotros", indica. "Igual hay mujeres lindas como en todas partes, pero en Colombia están las mujeres más hermosas", reconoce entre risas.

Desde España llegó hace dos años Leticia Monterrey. Trabaja junto a su esposo en las carreteras de la región. "Se respira un ambiente festivo en época veraniega", asegura.

Mucho más tiempo lleva Tommy Wu, de nacionalidad china. Hace doce años que trabaja en la Zona Franca. "Me gusta jugar con mi hijo. Hacer castillos de arena", cuenta. J