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Locatarios de Bulnes acusan bajas ventas e inseguridad

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Las obras de ensanchamiento de calle Bulnes van desde la avenida Arturo Prat hasta Pedro Prado y en su primera etapa comprenden las intersecciones de Vivar y Barros Arana, sector compuesto por diversos locales comerciales que han visto mermada su actividad.

Ruidos, polvo, maquinaria pesada y mallas que afectan la visibilidad son los factores que generan la molestia de los locatarios.

Los encargados del local de sushi, Goodsushi, reconocen que han tenido que cambiar sus horarios de atención.

'Antes abríamos a las una, hora de almuerzo. Venía gente pero ya no es tan agradable para ellos. Ahora abrimos más tarde porque hay menos clientes. Se ha visto afectado, pero no tanto', cuenta el cocinero Álvaro Fang.

Opinión totalmente distinta es la que tiene Orlando Miranda, dueño de la tradicional schopería Chache Schop ubicada en Vivar con Bulnes.

'Ha afectado bastante porque ha disminuido la gente que pasa por acá y los clientes no vienen porque no tienen donde estacionarse', dice molesto. 'La venta ha bajado. Yo creo que a la mitad', agrega.

El dueño del local también está molesto porque, asegura, los ataques delictuales contra su local se han vuelto frecuentes.

'Vengo a abrir mi negocio y me encuentro que por tercera vez me arrancan la ventana para abrirla, porque no hay nadie, esta todo cerrado', dice, mientras muestra el presunto forcejeo de un ladrón a su local.

'A algunos vecinos les han abierto las casas. Pusieron una malla que impide ver de lejos. Todos se quejan y hay molestia. Para mi es un perjuicio inmenso', concluye el dueño de la schopería.

Para Teresa Carvajal, de la abastecedora de congelados Provimar en Barros Arana, la sensación es de inseguridad. Terminada la jornada laboral debe bajar por Bulnes hasta Aníbal Pinto. 'No tienes salida. Se forma un callejón. Da miedo encontrarse con alguien y no poder arrancar. No hay vigilancia. Intimida la soledad y oscuridad', dice.

María Balcarce también se complica a la hora de salir a la calle. Sufre de artrosis de cadera y está jubilada por discapacidad.

'Lo más trágico es que aquí hay escolares y párvulos. Antes era terrible, imagínese ahora', dice, refiriéndose a lo que ocurrirá cuando los estudiantes de la Academia Iquique y el jardín infantil Academín entren a clases.

El seremi del Vivienda y Urbanismo, Ricardo Carvajal aseguró que los trabajos están dentro de los plazos establecidos y que durante la segunda semana de marzo debería estar finalizada esta etapa, es decir, durante las primeros días del año escolar.

'Entendemos que estas obras provoquen cambios en la vida de residentes, automovilistas y peatones, pero solicitamos paciencia ya que una vez concluidas, Iquique contará con una infraestructura de calidad', agregó.

Asimismo, el seremi aclaró que la empresa a cargo de las obras, Brotec 'ha mantenido una comunicación permanente con la comunidad, estableciendo las coordinaciones para mitigar los contratiempos', precisó. J

Senadis promueve buen uso de estacionamientos

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l El Servicio Nacional de la Discapacidad, Senadis, inició una campaña que motiva el uso responsable de estacionamientos para personas discapacitadas.

La falta de conciencia que estos espacios son de uso exclusivo de los discapacitados, motivó que la autoridad haga un llamado a su uso responsable.

'Para las personas discapacitadas este espacio se hace vital, los estacionamiento son necesarios para nosotros por el metraje y la cercanía de los accesos a los lugares que vamos', dijo Araceli Echeverría.

Un estacionamiento para discapacitados debe medir tres metros y medio de ancho por 5,6 metros de largo, permitiendo mejor acceso a las sillas de ruedas o muletas, mientras que un estacionamiento común mide 2,5 metros de ancho por cinco metros de largo.

De acuerdo a la legislación, estos espacios deben corresponder al uno por ciento de la plaza total de estacionamientos, ya sean públicos o privados.

Las personas que cuentan con su tarjeta de discapacidad o las que los transportan son las únicas autorizadas a estacionarse en esos lugares.

Los conductores que se estacionen en esos lugares sin ser discapacitados arriesgan multas de 15 Unidades Tributarias Mensuales (UTM), cercano a los 600 mil pesos.

'En tres meses la autoridad fiscalizadora del ministerio de transporte cursó 10 infracciones en la ciudad', confirmó el seremi de Transportes y Telecomunicaciones Manuel Morales. J