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Detenciones ciudadanas

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Las detenciones ciudadanas cada día van aumentando. La gente buena empatiza con las víctimas y si presencia un delito pasa a ser víctima solidaria y en todo momento está con las afectadas y si hay que actuar, actúa sin miedo, es decir, en grupo ya no se teme a la delincuencia y pareciera ser que la delincuencia teme más a la justicia ciudadana que a la justicia del país.

Creo que la ciudadanía tiene la razón, las víctimas tienen la razón y ella simplemente es por el cansancio mental que significa ser víctima de un delito y saber que todo quedará en nada y que la detención de su agresor en cualquiera de sus tipologías solo significará un breve alto en su camino delictual y que no es ajeno a que sea revictimizada y por el mismo delincuente.

La paciencia ciudadana tiene su límite y ese límite se agotó, hoy se detiene y se llama a la policía, pero no al instante, es decir logra que toda una comunidad enfrente y encare al causante de la inseguridad, luego la policía, sea la PDI o Carabineros hace lo que corresponde, es decir, enfrentar al delincuente con la justicia y es aquí donde muchas veces predomina el exacerbado ultra garantismo y algunos jueces no hacen lo mismo que otros jueces y en definitiva la víctima recupera su sitial de "gran olvidada de la justicia y del derecho" y el delincuente lleva todas las de ganar.

Alberto Contreras Silva

Agradecimientos

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Por medio de la presente quiero agradecer a todas las personas que nos acompañaron en momentos de gran dolor, como fue la pérdida de mi hija Marcela García Valdés, quien falleció ahogada el pasado 8 de febrero.

En nombre de su hijo Alejandro, sus hermanos Luis Alberto y Karen, damos las gracias a sus compañeros del Banco Santander, Banco de Chile, Credichile y del Banco Itaú que estuvieron presentes y nos apoyaron.

A don Juan Puño, a la empresa Intalgas, a todos los vecinos del barrio en Zegers con Oscar Bonilla, así como a sus compañeros de curso del Liceo Obispo Labbé quienes estuvieron con ella compartiendo de primero a octavo básico de enseñanza.

Gracias a todos sus amigos del barrio y de la vida por cómo se portaron conmigo y nuestra familia, en especial a la persona que rescató a Marcela desde el mar ese día, pues ella no tuvo cómo salvarse.

Para todos ellos mi más sincero y profundo agradecimiento.

Gladys Valdés, mamá de Marcela García.