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Vegetarianos y veganos, otros estilos de vida

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Para quienes optaron por ser vegetarianos o veganos, hacerlo no solo se reduce en dejar de comer carne animal o derivados, ya que quienes adoptaron tal decisión aseguran que serlo es más que una opción de alimentación sino un estilo de vida.

A los 16 años, Bernardo Tapia, quien tenía al atún como uno de sus alimentos preferidos, reprodujo un video que circulaba en Internet donde se apreciaba cómo se sacrificaban animales para obtener la carne, fue entonces cuando-según narra- decidió sacar a esta de su dieta diaria y pasar a convertirse en vegetariano.

"Tenía un grupo de amigos punky y estaba dando vueltas un video de cómo se producía la carne. Generalmente uno se desliga de la llegada del alimento al plato, uno compra la carne como algo ya hecho y no ve al animal muriendo, algo que si mostraba este video", cuenta Tapia quien actualmente tiene 25 años de edad.

Uno de los retos que tuvo que enfrentar más allá de no probar carne y aquel sabroso atún que solía comer, fue tener que aprender a preparar su propia comida vegetariana ya que su madre no compartía esta misma alternativa de alimentación, sin embargo, asevera que siempre la respetó.

Tapia cuenta que por un año aproximadamente su alimentación giró entorno a carne de soya, mientras descubría que otras opciones podía preparar. "Durante un año comí carne de soya con arroz, o con guisos y legumbres", remarca el joven quien se animó a contar su experiencia aclarando desde un principio que el ve al vegetarianismo o veganismo como una opción en la dieta del ser humano mas no como una obligación que todos deben seguir.

Otro aspecto positivo que destaca de ser vegetariano, además de no apoyar el sacrificio de los animales para consumir su carne, es que los alimentos que estos consumen pueden resultar más económicos. Detalla por ejemplo que una bolsa de carne de soya valorada en mil pesos le puede durar aproximadamente un mes dependiendo de las preparaciones en la cual la emplee.

Sin embargo, aclara que no todo se reduce a consumir carne de soya, que sería el remplazo de la carne animal, ya que su dieta también incluye comer legumbres, frutas y verduras.

En medio de descubrir con el paso del tiempo todas aquellas opciones que tiene entre la comida vegetariana, Tapia informa que hace pocos años, pues no recuerda el tiempo preciso, dio el siguiente paso en su nuevo estilo de alimentación y vida: convertirse en vegano.

Para quienes no entienden la diferencia entre vegetariano y vegano, el joven iquiqueño lo simplifica al precisar que mientras el vegetariano no come carne animal, el vegano incluso rechaza derivados como pueden ser huevos o leche.

"El vegetarianismo se toma como un paso para ser vegano, yo sentía una necesidad de pasar a ser vegano, el dar ese pequeño salto. Si hablamos de cuando se extrae la leche o se saca los huevos de la gallina igual se les produce un maltrato entonces es una constante el hacerle daño a los animales aun cuando sea para obtener un producto secundario", explica.

Mientras comenta el estilo de vida adoptado a partir de cambiar su dieta alimenticia, en medio de risas Tapia dice que es mentira cuando se afirma que quienes no comen carne o productos derivados de animales son débiles, carecen de energía o sufren de anemia al no ingerir los nutrientes suficientes.

"En mi caso yo me siento bien, e incluso practico kick boxing un deporte que te exige bastante esfuerzo y rendimiento", detalla al confesar que fue entre los 18 y 19 años cuando sufrió una recaída y retomó el consumo de carne debido a un autocuestionamiento sobre la decisión adoptada, sin embargo, luego retornó al camino que deseaba y actualmente es vegano.

OTROS FACTORES

Por otro lado, si bien no observó un video de maltrato animal, para la nutricionista Camila Rivera fue el factor económico que la llevó a ser vegetariana. Afirma que por ser más barata, optó por este tipo de comida mientras realizaba sus estudios universitarios donde además después se especializó en alimentación viva que consiste en el consumo principalmente de vegetales.

"Yo tengo 29 años y me hice vegetariana a los 22, y desde hace más de un año me volví vegana, me hago constantes estudios de salud y estoy bien", dice Rivera quien es interrumpida por su novio David Scharager quien cuenta que fue ella quien hace seis meses lo introdujo en este "mundo" gracias al cual actualmente dejó de lado las pastillas que tomaba para una inflamación intestinal que padece, pues al variar su dieta sintió un gran alivio.

En otro extremo diferente a este último caso se encuentra Daniela Miranda, de 21 años de edad, quien si bien desde los 13 años se convirtió en vegetariana y hace un año y medio dio el paso al veganismo, confiesa que su mal hábito al comer hace que requiera de suplementos para combatir la anemia que padece.

"Nunca me gustó la carne por los nervios y las grasas que tiene y luego que vi un video de cómo se obtiene la carne de los animales pues me animé aún más a ser vegetariana, pero a pesar que llevo una alimentación más sana mi desorden al comer no me permite combatir la anemia que tengo", revela.

Y como si se tratara de algo capaz de contagiarse, Miranda también sostiene que ella fue quien de alguna forma hizo que su pareja se insertara en este estilo de alimentación pues da a conocer que es su novio quien le cocina sus alimentos sin carne animal y ningún tipo de derivado de estos.

SEMINARIO

Esta semana, más de medio centenar de jóvenes y adultos participaron en un seminario de vegetarianismo y veganismo desarrollado en las instalaciones de la Universidad Arturo Prat por parte de la agrupación "Acción de respeto y cuidado animal y medioambiente" (Arcam). En este, al finalizar las exposiciones se realizó una degustación sobre la variedad de productos que estos consumen dentro de su dieta diaria. J