La Zona Franca, a través de su directorio, procedió a la entrega del aporte anual del 15% de su ingresos brutos 2014 a las comunas de las regiones de Tarapacá y Arica y Parinacota.

Estos dineros van directo a las comunas y deben ser incorporados a proyectos de desarrollo local.

El monto alcanzó los $4.259 millones, la cifra más alta desde 1990, año en que implementó la repartición del 15% de los ingresos brutos obtenidos en el ejercicio anual de esta empresa pública que opera como sociedad anónima abierta. Desde esa fecha los aportes de Zofri suman $64 mil millones, beneficiando a las comunas de Iquique, Alto Hospicio, Pozo Almonte, Huara, Pica, Camiña y Colchane en Tarapacá; además de Arica, Camarones, Putre y General Lagos en la XV Región.

Se trata de importantes recursos económicos, sobre todo si se considera que ambas regiones fueron afectadas por el terremoto de abril y que en ese escenario se registraron daños y evidentes bajas en las operaciones comerciales, situación que mantuvo alerta a los economistas y gremios locales.

Zofri fue creada en 1975 como una palanca de desarrollo para la región de Tarapacá y como fomento productivo.

Considerando que se trata de importantes recursos, los municipios beneficiados deben buscar la forma más eficiente para invertir sus recursos y de esa forma reforzar sus presupuestos.

En ese sentido, el artículo 12 de la Ley 18.846 establece que los fondos recibidos por los municipios beneficiados por Zona Franca sólo pueden ser usados para proyectos de inversión y sus correspondientes estudios y no pueden utilizarse para el pago de las deudas que mantengan las casas edilicias.

Si bien las necesidades siempre superan en número a los recursos, lo cierto es que estos fondos permitirán generar acciones que finalmente deben beneficiar a las comunas de ambas regiones.

En ese contexto, es indispensable que las comunas den cuenta de la inversión en cada una de las comunidades.

Es evidente la preocupación que existe en torno al deterioro que hemos hecho de la creación. Para los que creemos la creación ha sido puesta bajo el hombre para que éste la administre en bien de todos. Esta tarea no siempre la hemos sabido cumplir.

Hoy surgen temores: qué pasará con nuestro mundo, el calentamiento global dónde nos llevará, que será de este mundo para las próximas generaciones. Estamos ciertos que si todos los gobiernos y las personas ponemos de nuestra parte, el mundo podrá seguir siendo la casa de todos, donde cada uno encuentra los suyo para su mantenimiento y desarrollo. Esto es posible, pero muchas veces vemos que criterios económicos egoístas llevan a mirar las ganancias a corto plazo, sin querer ver los frutos de muestras erradas acciones en el futuro.

La Iglesia seguidora de Jesús, sigue creyendo en el hombre y en su capacidad de reaccionar y sentirse responsable de la obra creadora de Dios. Todos hemos de alegrarnos porque la conciencia ecológica vaya creciendo en medio nuestro, de manera especial en nuestros niños, Hay esperanza para nuestro mundo. Por otro lado surgen corrientes que por querer cuidar la creación desprecian de alguna manera al ser humano y no creen en su capacidad de cambiar, al contrario lo ven como enemigo de ella. Hoy hay grupos que cuidan y valoran más la vida de unos animales que la vida de los seres humanos, se protege y promueve la defensa de algunas especies y por otra se apoyan las leyes que aprueban el aborto ¡que absurdo!. Lo primero que hemos de cuidar es el ser humano, hemos de cuidar la ecología del alma para que así con un corazón nuevo sepamos cuidar la creación que se nos ha encomendado. Estoy cierto que el ser humano bien formado, y sabiendo tener en el centro de su vida a Dios, sabrá remediar el mal causado a la creación, sabrá cuidar de la casa que Dios a todos nos ha dado. Cuidar la creación es tarea de todos.