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Ferias de Iquique: auge, decadencia y renovación

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Delincuencia y comercio ambulante, son, según sus propios locatarios, las principales amenazas que se ciernen sobre las ferias establecidas de Iquique: Coliseo, Monumental y Modelo.

Todas ellas se ubican entre Tarapacá, Barros Arana, Thompson y Errázuriz, y sus orígenes se remontan a fines de los años setenta, con los inicios de la Zona Franca y en torno a un centro urbano activo, con el Mercado Centenario a pocos metros de distancia.

En algunas de ellas sus locales se encuentran prácticamente vacíos mientras que otras son ocupadas como bodegas. Las décadas de éxito y bonanza para sus locatarios podrían tener un destino disímil: cerrar o reinventarse.

HISTORIA

Las primeras instalaciones feriantes se enmarcaron en un contexto totalmente distinto al de hoy. Nacidas después de 1975 tras la creación de la Zona Franca, muchos de estos espacios se originaron como respuesta a los locatarios de la feria agrícola ubicada antiguamente en Juan Martínez con Latorre. Así al menos lo rememora el dueño y administrador de feria Coliseo, Alberto Peirano.

"Hasta el año 79 aquí había una feria establecida que funcionaba en Latorre, de Juan Martínez para arriba y eso se fue agrandando. Eran como 150 comerciantes, era mucha gente", cuenta. Una reseña histórica con la que el sociólogo Bernardo Guerrero también coincide.

"Históricamente esa zona ha sido de feria. Antes del golpe de estado en ese sector había una feria agrícola donde la gente vendía por calle Latorre, tomates, porotos, zapallos", cuenta el experto. Asimismo, recuerda que en los años sesenta había una feria muy parecida al lado del Mercado, la que se nutría de artículos del puerto libre de Arica.

"Estas ferias son producto de la Zona Franca. Esta les permite poner en oferta una serie de artículos que ya no sólo eran exhibidos en los módulos. Por lo tanto, del 75 en adelante hay un boom de muchas ferias que se instalan en Iquique. Ahora, muchas de ellas fueron sucumbiendo", reconoce el sociólogo.

La feria Monumental está ubicada en lo que habrían sido los terrenos de la Escuela F-15. "Esa es una feria que se ha ido renovando", dice Guerrero, quien asegura que ésta se ha ido adaptando a los nuevos tiempos con la instalación de ferreterías o locales que venden útiles escolares.

La feria Coliseo, por otra parte, se originó tras el incendio del cine Coliseo en los años ochenta. El dueño de la feria cuenta que adquirió los terrenos y la abrió inicialmente por Barros Arana, para luego extenderla de forma interna hasta calle Tarapacá.

"Compré los ex terrenos del teatro Coliseo para efectivamente armar una feria, pero un 31 de diciembre del 80, 81, se quemó, porque era de cholguán. Después compré lo que era Barros Arana. La feria funcionó bien cinco años hasta que se instalaron las schoperías al frente. Ahí comenzó a morir la feria. Delincuentes salían y le robaban a la gente. Luego adquirí la salida a Tarapacá y logramos darle subsistencia", dijo Peirano sobre el pasar de su feria.

Para los locatarios la delincuencia es un factor importante que explica las bajas ventas. En la Cámara de Comercio de Iquique han mantenido contactos con comerciantes de la Monumental, sobre este mismo tema y también en torno al comercio informal.

"Muchas de estas ferias se han creado para evitar y agrupar a los comerciantes ambulantes. Ayudaron mucho a eso, pero ya no es así. El locatario establecido tiene que pagar imposiciones, contribuciones, luz, agua, contratos, en desmedro de aquel comerciante ambulante que no paga nada de eso", dice el presidente regional del gremio Rafael Montes, quien se basa en estudios de su institución.

"Donde ellos se establecen hay un aumento real de la delincuencia y el comercio ambulante. Generalmente la comunidad cree que es por necesidad económica, pero muchas personas que venden en la calle han tomado esto como un modo de vida que les provee de una gran rentabilidad, en vez de buscar una alternativa en el comercio establecido", asegura Montes.

Ese sector siempre ha sido así, dice Bernardo Guerrero. "Thompson con Amunátegui es una zona de la vieja bohemia, muy popular, con muchos bares, restoranes, juegos de pool. Quizás hoy sólo está cambiando el color de la piel", dice el sociólogo, reconociendo con esto la llegada de inmigrantes al lugar.

COSTUMBRES

La delincuencia y el comercio ambulante no son los únicos obstáculos más visibles que afectan a estos centros. El concepto de mall que llegó a la Zofri, se transformó en uno de los principales atractivos para los consumidores.

Lo mismo ocurrió con el mall Las Américas, que dio la bienvenida a los años 2000. A los que se sumó la llegada de las grandes tiendas comerciales del retail que se ubicaron también alrededor de las plazas de la ciudad.

"La decadencia de las ferias se explica también porque se desarrollaron dos polos comerciales, el mall y la Zona Franca. Y el casco antiguo se fue depreciando, perdiendo su calidad, con mucho comercio informal", dice el sociólogo Bernardo Guerrero, quien también reconoce la competencia que significan los comerciantes no autorizados. De todos modos, la amenaza incluso está en el cambio de hábitos a la hora de comprar. No sólo se transforma el consumidor, sino también las estrategias de venta del comercio.

"En estas tiendas compras al contado, en el retail compras a plazo. Las grandes tiendas te ofrecen el modelo simbólico de la tarjeta de crédito y la gente se 'encalilla', pero te sube un poco el 'pelaje' de consumidor, porque nadie te puede ver comprando en este tipo de ferias", reconoce el sociólogo.

Rafael Montes cree que ambos mundos pueden coexistir. "Cuando aquí nace la Zona Franca había mucho temor porque existiría un sector que iba a vender con IVA y otros que iban a vender sin IVA, pero el tiempo fue demostrando que los dos pudieron convivir", asegura el dirigente gremial.

"La feria, en un modo más sofisticado, es reemplazada por el mall, el shopping. ¿Qué compra la gente en estas ferias? Menudencias. Cuando alguien va a la Zofri, en cambio, va por un conjunto de elementos, comprar, pasarla bien, encontrarse con gente, ser vista, tomarse un café, pero estas ferias, en cambio, sirven para salir del paso", dice Bernardo Guerrero.

proyectos

Desde la Cámara de Comercio, su presidente regional Rafael Montes exige un mayor control de los vendedores ambulantes. Del mismo modo, recuerda que este 7 y 8 de mayo se llevará a cabo la Asamblea Anual de la Cámara Nacional de Comercio en el hotel Gavina en Iquique. Desde la región el gremio buscará justamente instalar el tema de la seguridad y el comercio informal.

"Muchas de estas ferias esperan las festividades que les dejan altas ventas para así poder saldar sus responsabilidades económicas, pero aparece una serie de comerciantes ambulantes a competirles", criticó Montes.

Bernardo Guerrero, en tanto piensa que el Mercado Centenario debe transformarse en el eje articulador de este barrio comercial.

"Si uno invirtiera en el Mercado, el lugar ganaría mucho en términos turísticos. Tienes la Escuela Santa María que quedó preciosa, pero que se pierde con un mercado así como está. Es necesaria una política pública urbana de ponerle plata y valorar esa zona histórico-patrimonial con un mercado del año treinta", sugiere el sociólogo.

El dueño de feria Coliseo, Alberto Peirano asegura que hay planes para rearticular el sector de feria Coliseo I, incluso dejó entrever la posibilidad de que esta cruce la cuadra de forma interna hasta Tarapacá, aunque dijo, es un proyecto que está en veremos.

"La feria de Thompson la vamos a remodelar completamente y una vez remodelada la sacaremos a Tarapacá. El estacionamiento que hay en Tarapacá es nuestro así que estamos viendo el proyecto. La esperanza es que algun día se termine con el comercio ambulante, si no, estas ferias terminarán de transformarse en bodegas", advierte.

Por ahora, asegura, está entrampado en procesos judiciales con locatarios que no le han pagado.

"De la Coliseo II no nos podemos quejar, está a toda máquina y no hay locales desocupados, pero está el tema de la delincuencia en Thompson, una muy mala calle. Esa si está de capa caída, de hecho, estoy demandando a la gente para sacarla, porque muchos locales se quedaron en pocas manos, pagan lo que quieren o bien, no pagan. Algunas personas tienen más de diez locales y no pueden funcionar con más de tres. Así pasa a existir una oferta grande", reconoce Peirano.

Mientras, el encargado de la feria Modelo, de nombre Jesús, evitó entregar antecedentes de la historia del espacio. Sólo señaló que ésta fue fundada hace treinta años por sus padres y que el lugar será cerrado, ya que está prácticamente vacío.

Aunque no entregó fechas, aseguró estar esperando a que se vayan los últimos locatarios porque ya nadie les compra. Reconoció que éstos se están yendo de a poco. J