A una semana del incendio que afectó a la ex Aduana, monumento nacional construido en 1871, bajo la administración peruana de Tarapacá, surgieron una serie de interrogantes sobre su futuro.

Hay voces que piden que el edificio, el cual debe ser reconstruido, no se destine a labores administrativas y se use como museo, biblioteca o salón de eventos.

En el Concejo Municipal se abordó el tema y algunos ediles se mostraron partidarios de devolverlo a Bienes Nacionales y que sea este organismo del Estado el que vea el destino para el edificio patrimonial.

Cabe consignar que la ex Aduana en su historia fue usada como prefectura distrital, centro de acopio y recaudación. Operó en el lugar el primer concejo municipal bajo la administración chilena en 1879 e incluso fue una prisión para los marinos sobrevivientes de la Esmeralda de Prat.

Un edificio de estas características, una vez que se materialice el proceso de reconstrucción, debe ser usado para un bien común, como puede ser el Museo Naval o entregado a una institución que se encargue de su adecuado resguardo.

Según el seremi de Bienes Nacionales, Juan Papic, el 2012 caducó la concesión hecha al municipio de Iquique y la institución estaba en proceso de reactualizarla, situación que aún estaba pendiente cuando se produjo el siniestro que destruyó el 70 por ciento de la estructura.

En Iquique se requiere un debate, en base a los análisis de especialistas en patrimonio, para definir el destino de la ex Aduana como también de otros edificios protegidos por Monumentos Nacionales que son usados con fines administrativos, como son el Museo Regional, además del complejo del ex ferrocarril. En este último se encuentra el Servicio de Registro Civil y oficinas de la seremi de Justicia.

Hoy es el momento de redefinir cómo se resguardan los edificios históricos de Iquique. Nuestra ciudad requiere mantener su identidad, ya que muchas veces la desidia y el abandono terminan con las construcciones, siendo el fuego el principal verdugo.

Si no se reacciona hoy, el destino patrimonial puede desaparecer.

Deseamos desde esta columna realizar una evaluación del verano 2015. Sin pecar de positivismo extremo, me atrevo a decir que esta temporada veraniega fue excelente. Le agradecemos a la naturaleza que nos ha brindado un espléndido clima y hemos disfrutado de un verano muy soleado. Sin realizar comparaciones odiosas hemos presenciado como en la cuarta y quinta región los días no han acompañado a los turistas y el sol no ha sido benevolente en esas zonas.

Además es la primera temporada estival, después de los dos terremotos que azotaron nuestra región, lo que pudo haber mermado las visitas de turista. Sin embargo ha sido una temporada muy similar a la anterior. Esto es el resultado del esfuerzo en conjunto de empresario, autoridades y ciudadanos los que no escatimaron en acciones para demostrar en los medios masivos de comunicación, que los embates de la naturaleza no afectaron la temporada veraniega.

Insistimos que somos un ejemplo ante los constantes movimientos telúricos. La ciudadanía está informada y preparada, actuando según los protocolos de seguridad para estos eventos. Ese accionar es destacable y es nuestra fortaleza. Es la imagen que hemos transmitido a Chile y el mundo.

Tarapacá se levanta y su gente otorga seguridad a los visitantes y turistas que han preferido esta hermosa región de grandes contrastes para veranear

El paso del Dakar 2015 fue muy bien evaluado, siendo una de las atracciones que atrajo más visitantes a la zona.

Sin embargo no debemos olvidar que aún nos falta mejorar debilidades en la región respecto al turismo, como es el tema de la basura, los baños en nuestros balnearios y seguridad ciudadana, pero siempre hay que observar el vaso de agua repleto que vacío. Somos una región con muchas fortalezas y ahora debemos mejorar las debilidades para posicionarnos como la verdadera alternativa de veraneo durante todo el año.