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Mabola: la historia de un niño africano que huyó de la guerra civil y sobrevivió para contarlo

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En 1998, un golpe de estado contra el presidente João Bernardo Vieira, presidente de Guinea-Bisáu, desató una guerra civil en la que se calcula que más de 200 mil residentes huyeron de la ciudad para salvar sus vidas.

Entre esas personas que huían estaba Ricardo Vieira, Mabola, quien luego de ver cómo mataban a dos de sus amigos disparándoles a quemarropa con armas tipo UZI AK 47, vivió el acontecimiento más importante de su existencia.

Ricardo estaba junto a su hermana cuando esto sucedió y contó que la desesperación de perder a sus amigos y posiblemente a su hermana llenaron sus ojos de lágrimas.

milagro

El destino del joven africano estaba sentenciado, pues los rebeldes dirigidos por el general de brigada Ansumane Mané tenían clara su misión de asesinar a quien se resistiera.

Tomando alguna parte del cuerpo de la persona asesinada como trofeo, Ricardo estuvo a punto de ser una de esas nefastas medallas humanas.

"Tenía una UZI AK 47 en mi cabeza y el rebelde disparó en tres oportunidades y algo pasó con el arma, porque no salió la bala", recordó Vieira.

Para el joven esto fue un verdadero milagro porque los rebeldes se fueron y él, junto a su hermana, corrieron a casa de su padre para huir de la zona de combate junto a sus 6 hermanos en una balsa por el océano Atlántico hasta llegar a la isla Bubaque, una de las islas Bijagós en Guinea-Bisáu.

La historia se torna más dramática cuando se encuentran con un buque de guerra y tuvieron que cambiar su recorrido para no ser derribados por un misil.

"Cerca de Bubaque algo surgió y la balsa, que comenzaba a hundirse, encalló en una especie de pequeño islote y logramos sobrevivir", relató el bisauguineano.

infancia

Ricardo recuerda cómo cambió su vida cuando su mamá falleció. Con sólo 12 años tuvo que comenzar a trabajar porque el dinero comenzaba a faltar.

Crudamente relató que llegó un momento donde no tenían nada con qué alimentarse ya que su padre había sido puesto en prisión sin tener cargos en su contra.

"Mi madre murió cuando yo tenía 12 años y tuve que comer barro para poder seguir con vida", afirmó Vieira.

No obstante, lo que más recuerda son los dulces preparados por su madre y que pícaramente eran robados por su mascota: un babuino que se salía con la suya porque a quien acusaban de robarlo era al propio Ricardo.

Suena extraño, pero si en Chile es normal tener un perro o un gato como mascota, en Guinea-Bisáu lo normal es tener un mono como animal doméstico.

Además, otra costumbre que destacó Viera es la de preparar el mejor plato para el padre porque éste llevaba la carga más pesada en la casa.

Es por ello que la madre de Ricardo cocinaba desde temprano su mejor receta: un dulce de arroz y especies típicas de ese país, como la canela, la nuez moscada y la menta.

fútbol

Luego de perder a su madre lo que siguió para Ricardo fue el esfuerzo y la valentía de contrarrestar esta tragedia gracias al deporte.

A los 12 años fue firmado por un equipo local para jugar fútbol por su capacidad para el balompié, pero el joven no estaba seguro de esa desición.

El joven le pedía una señal a Dios para saber qué camino tomar: si dejar su casa y a su familia o si viajar a otro país a forjarse un destino distinto como futbolista profesional.

Fue ahí cuando una lesión en su rodilla derecha impidió un contrato que lo llevaría a Portugal.

"Nunca estuve triste por ello, todo lo contrario. Esta fue una lección de vida y decidió mi camino porque desde ese momento me dediqué a contar mi experiencia a los niños y jóvenes", manifestó Vieira.

A los 22 años viajó a Brasil en busca de un mejor futuro y allí conoció a su actual esposa, quien tuvo a su primer hijo y con quienes está instalado en Iquique desde hace un mes con el sueño de su libro.

Espera que su vida en esta nueva ciudad le traiga buenas experiencias y que su familia siempre esté bien y sigan unidos.

autobiografía

Actualmente Ricardo tiene 28 años y su experiencia de vida está escrita en el libro "Mabola: una historia africana" que está editado en portugués, su lengua materna pero que desea reeditarlo en castellano.

Allí cuenta los detalles de cómo sobrevivir pese a las adversidades que trae la vida y la importancia de salir airoso así te apunten con un rifle a la cabeza.

Es por ello que llegó a Iquique junto a su familia y espera conseguir a empresarios interesados en publicar su obra en español con un primer tiraje de 1.000 ejemplares.

Además, también espera que instituciones y colegios locales quieran hacer llegar su historia como testimonio de superación personal.

"Tengo experiencia dando charlas a niños y jóvenes, a quienes les cuento lo importante de apreciar y respetar la vida y a nuestros semejantes. Quienes lo deseen puede contactarme por el correo mabola2002@gmail.com".

Si bien cree que son culturas muy distintas, sostiene que ha sido muy bien recibido en la ciudad y ha contado con el apoyo de varias familias iquiqueñas quienes le brindaron un hogar, comida y una escuela para su pequeño de cinco años.

Sumado a lo anterior, siente que todo joven, más allá de sus problemas, debe luchar por su futuro y aprender a tener un carácter fuerte, tal como él lo tuvo cuando murió su madre y al huir de la guerra civil en su país.

Viera habla y escribe en portugués, inglés, francés y español. Además de tres dialectos africanos: kriolu, manyaco y mancanhi.

El escritor contó que conoce la historia de Chile porque estudió su primaria en la escuela "Salvador Allende" de Guinea-Bisáu.

"Por muy increíble que suene allá en África conocemos la historia chilena porque en el colegio donde estudié nos enseñaron sobre ella e incluso tenía el nombre de este líder chileno", relató.

A su juicio, no pasa lo mismo acá en Chile, pues cree que acá se conoce muy poco de su país.

En sus charlas también habla de su cultura africana; de los valores y tradiciones que la diferencian de una nación como Chile.

"Espero que quieran ver en primera fila mi historia". finalizó el escritor. J