Difícil acceso a la casa propia
Para muchos el sueño de contar con una casa propia se ve cada vez más lejano en Iquique. Al incremento exponencial que alcanzan los precios de las propiedades, la Reforma Tributaria significará un nuevo impacto a las personas de clase media, con la inclusión del IVA.
Según la Cámara de la Construcción de Iquique, para las propiedades entre 2.500 y 3.500 UF (grueso de la oferta inmobiliaria) el gravamen afectará en 13% por ciento en promedio, lo que significa un gran impacto para las familias, sobre todo porque es muy difícil encontrar en la ciudad un inmueble menor a ese precio.
La disposición entra en rigor el 1 de enero del 2016 y el impuesto se pagará sobre el costo de construcción exceptuando el valor del terreno sobre el cual están construidos los proyectos.
Si bien los empresarios del rubro están preocupados, porque en los próximos años podría generarse una desaceleración debido a que finalmente el incremento es traspasado a las personas, los principales efectos son para quienes desean convertirse en propietarios, quienes deben contar con una renta suficiente y que les permita acceder a los créditos hipotecarios otorgados por las instituciones financieras.
Si bien este impuesto encarecerá aún más las propiedades en Iquique, el costo del metro cuadrado de terreno es lo que ha significado que las personas de la clase media emergente tengan cada vez más problemas para optar al financiamiento.
Por muchos años la incapacidad de las autoridades ha significado que la ciudad no cuente con un plano regulador que permita crecer hacia el sur, lo que significó aumentar el número de construcciones en altura y un aumento en la saturación de una ciudad que ya supera los 200 mil habitantes. Alto Playa Blanca y Lobito surgen como alternativas. Sin embargo, si no se planifica adecuadamente, aquellos terrenos se harán escasos para la exorbitante demanda de inmuebles.
Hace tiempo que se espera una política habitacional más descentralizada, toda que vez que los costos de la vida son significativamente distintos en Santiago y en las ciudades del Norte Grande, algo que el gobierno comprende, pero que no soluciona.