Hace años que el tatuaje dejó de ser un terreno exclusivo de los hombres, ya que las mujeres también se atrevieron a clavarse tinta en la piel. Sin embargo de las etéreas hadas, mariposas y flores, hoy se da paso a los grandes tatuajes, con lo que cada una imagine.

Este es el caso de Katherine Muñoz, de 23 años, para quien el tatuaje tiene un significativo más allá de lo meramente decorativo, pues tiene que ver con una forma de ver la vida. 'Creo que lo único que me voy a llevar a la tumba van a ser mis tatuajes', afirma con alegre y con aire filosófico.

En la totalidad de su muslo izquierdo luce al escritor Edgar Allan Poe, ya que es aficionada a la literatura oscura. En la otra pierna un gato, animal que estampó en casi en todo su cuerpo, ya que soportó 18 veces el ritual de las agujas entintadas. En sus dedos luce el nombre de su hermano pequeño, que para su vida es un pilar fundamental.

Al consultarle con respecto a si no se arrepentiría a futuro de tener tantos tatuajes, si es que quería acceder a un empleo formal, refirió, 'para mí no es una moda o si no, me haría cosas tradicionales', dijo esta dependiente de un local de tatuajes y pearcings.

Una tendencia, que según Ariel 'Tatuajes', dueño de la tienda ubicada en Latorre con Vivar, va en alza, ya que en los últimos 6 meses tatuó a 50 mujeres, incluyendo a una conocida jueza, con motivos como Catrinas de la cultura mexicana, ligas, rosones y gatos.

Explica que un tatuaje de este tipo demora, según su complejidad, entre 3 y 4 horas y hasta 7 dedicó a un diseño especialmente colorido, con un costo aproximado de 100 mil pesos. J