Las lecciones de la naturaleza
Por efecto de las lluvias y tormentas ocurridas últimamente, muchos habitantes de las regiones de Antofagasta y Atacama han visto cambiar drásticamente su vida y trabajo. La prensa ha cubierto lo que ocurre en cada sector, obligando a dirigir nuestra mirada hacia los hechos. Seguramente, y ojalá me equivoque, semanas después de terminados estos eventos climáticos, la comunidad nacional no afectada por estas contingencias, olvidará lo sucedido, y será la farándula y contingencias deportivas las que nuevamente acaparen los titulares y preocupaciones. Sin embargo, para los habitantes de los sectores afectados, los problemas seguirán por mucho tiempo, teniendo que reparar los daños y tratando de volver a su vida.
Surgirán entonces las dudas, ¿Podrían haberse tomado otras decisiones? ¿Qué medidas debieran tomarse en el futuro cercano para afrontar de mejor forma las contingencias ambientales? Sin duda que lo ocurrido no es primera vez que pasa y es de esperar, que ahora sí, se entiendan mejor las lecciones que no da la naturaleza que día a día nos llena de nueva información que ignoramos.
¿Y cómo estamos en la región de Tarapacá para afrontar las contingencias climáticas? Uno de los últimos eventos climáticos relevantes fueron las precipitaciones caídas durante el verano del año 2012, en la precordillera de la provincia del Tamarugal, y que dañaron seriamente a una serie de poblados y tierras agrícolas. Se trabajó en la reparación de los terrenos agrícolas y en la reparación de las casas y caminos. ¿Dejaron alguna lección los eventos climáticos ocurridos? ¿Hemos aumentado la información disponible sobre la climatología local? Más importante aún. Las autoridades ¿Consideran la información ambiental como relevante para la toma de nuevas decisiones? Y si consideraran relevante lo anterior, ¿existiría la información ambiental suficiente y oportuna para mejorar las decisiones?
Dejamos las respuestas pendientes por ahora, este es un tema que está lejos de haberse tratado en su totalidad.