Secciones

La vida sin límites del "cirujano de las motos"

E-mail Compartir

Sueña con ampliar su taller mecánico, así como también con un acceso a la playa especial para personas en sillas de ruedas. Son parte de los deseos de Juan Carlos Nazareno, un campeón de la vida que pese a su condición, expresa no tener limitaciones a la hora de cumplir sus sueños.

Nacido en Esmeralda, ciudad de Ecuador, Juan Carlos sufría por el clima de su país, pues las constantes lluvias impedían su traslado en la silla de ruedas. Sus manos, esenciales para transportarse, se enlodaban por la mezcla de tierra y lluvia, impidiendo que se trasladara con normalidad. Todo esto, hasta que decidió partir a recorrer otros países, encontrando su lugar ideal en Iquique.

"Un día dije que me iba a ir un país donde nunca lloviera. No sabía de Iquique, no sabía que acá nunca llovía. Un día decidí venir, fabriqué mi propia moto y de madrugada salí. Me quedé en pleno verano, arrendé una casa rodante por Cavancha y me fui quedando y nunca más me fui", relata Juan Carlos.

Sus dotes de mecánico lo llevaron a encontrar trabajo rápidamente, colaborando en distintos talleres que lo peleaban con tal de tener su colaboración por sus conocimientos y forma de trabajo. "Me llamaban de otros lados para ayudar y mucho tiempo estuve así, en un taller el mediodía y en otro taller el mediodía siguiente".

Su increíble fortaleza mental y ambición de lograr todo lo que se propone lo han llevado a ser capaz de no depender de nadie y de tomar revancha de su difícil infancia.

"Cuando ingresé a la escuela mis amigos me llevaban a la espalda, porque no tenía silla de ruedas, mi mamá pagaba por una silla para mí. De pequeño no tenía cómo ir ni a la esquina, si quería algo me iba arrastrando, pero ahora tengo hasta diez sillas de ruedas que las he ido haciendo o me compro".

"El cirujano de las motos", se llama su propio taller mecánico, ubicado frente al hospital regional, donde cada día recibe gran cantidad de clientes, incluso personal de Carabineros que llegan a reparar sus motos.

"Carabineros siempre viene, yo solo les pido que me traigan una bebida a cambio y siempre pasan. La presencia de ellos me hace sentir más seguro, porque una vez se metieron aquí y se llevaron herramientas", contó Nazareno que no pasa un día sin estar reparando motos o confeccionando otras para él o sus clientes.

Deportista

Juan Carlos estuvo un tiempo alejado de los talleres en sus primeros años en Iquique, pero no fueron en vano, pues explotó su talento deportivo consiguiendo grandes logros tanto en el basquetbol, como en el atletismo.

"Me invitaron a jugar basket y me pasaron una silla deportiva. Actualmente soy campeón del maratón del "Roto chileno", con una silla que me fabriqué", comenta Juan Carlos, luciendo un sector de su casa lleno de medallas y trofeos que ha obtenido en las distintas competencias.

Entre sus compañeros de competencia, Juan Carlos reconoce que es casi invencible, "Pedrito es quien me sigue en las competencias y le dije que le haría una silla igual a la mia a ver si me ganaba. Se la hice, pero aún no me gana", comenta entre risas.

sin limites

Charly, como lo conocen en el mundo de la mecánica, no gusta del conformismo ni de las excusas por vivir en una silla de ruedas. "Yo quiero demostrar que estando en silla de ruedas puedo ser capaz de hacer cualquier cosa. Siempre me molesto cuando me preguntan si puedo hacer algo como mover una moto. Entonces yo digo '¿cómo, está dudando de mí?' Yo no tengo mis piernas para utilizarlas como corresponde, pero no me creo incapaz cuando alguien me desafía a algo y decir que no puedo. Si yo quiero echar a andar una moto, yo veo cómo lo hago, no me voy a quedar sin hacer nada", explica Juan Carlos, que tiene a Stephen Hawking como ejemplo a seguir.

ambición

Rodeado de sus compañeros de labor, su señora y sus dos hijos, Nazareno no descansa con tal de darle lo mejor a los suyos. "Un hombre siempre tiene que ser ambicioso, si tengo 100 lucas ahora, no me voy a quedar tranquilo, voy a seguir trabajando y ver en qué invierto ese dinero para avanzar. Tengo una ambición sana, hoy no tengo casa propia,y pago 600 mil pesos de arriendo, pero estoy al día con todo, para eso trabajo todos los días".

sueños

Charly recuerda con nostalgia su país, por una situación en especial: disfrutar del mar. Un momento de relajo que en Iquique no puede valorar, pues no existe un acceso especial para discapacitados. "En Ecuador puedo llegar hasta el mar con mi silla, pero acá no puedo, el acceso a la playa es una odisea, cuando voy con mi familia ellos me van empujando y la gente se une para que pueda llegar. Al menos podría existir una rampla que llegue a un solo lado y que sea solo para discapacitados", opinó con deseos de que surja la opción.

Previo a tener su propio negocio, Juan Carlos trabajaba en talleres mecánicos ganando 30 mil pesos mensuales con los que pagaba arriendo de casa y necesidades principales, pero siempre con el deseo de algún día tener su propio taller. "Un día dije: 'cuando tenga todos mis documentos, voy a sacar mi taller' y así fue, cuando me salieron los documentos me llamaron del Fosis, se dio todo. Postulé a un proyecto teniendo solo una moto, me entrevistaron y me dieron 500 lucas. Luego, cuando vinieron a la segunda entrevista yo ya tenía 20 motos", recordó.

Ampliar el taller es un deseo que Juan Carlos no esconde. "Esa es la direccion que llevo, mi anhelo es tener todo este taller desde la entrada de la casa y hasta el fondo. El arriendo me complica un poco las cosas, porque por el espacio no puedo hacer un taller tal como lo tengo pensado, pero más adelante lo voy a lograr porque tengo fe y eso no me lo va a quitar nadie, la fe mía es seguir adelante siempre". J