El asiento esperó por el invitado
Aunque confirmó su asistencia el intendente de Tarapacá, Mitchel Cartes no pudo asistir a la cuenta pública de la Municipalidad. Pese a ello su asiento fue reservado y esperó durante todo el discurso del alcalde.
Aunque confirmó su asistencia el intendente de Tarapacá, Mitchel Cartes no pudo asistir a la cuenta pública de la Municipalidad. Pese a ello su asiento fue reservado y esperó durante todo el discurso del alcalde.
Con la llegada de la democracia, a comienzos de la década del 90, Chile experimenta un proceso de crecimiento económico, haciéndose más patente un fenómeno, como fue la cooperación entre Estados, traducidos a través de Tratados de Libre Comercio, constitución de alianzas y la adscripción a Organismos Internacionales.
Este nuevo escenario para Chile y que desde hace veinte años vivía el mundo, permitió que como ciudadanos evidenciáramos logros de un mundo globalizante.
El cambio en el orden internacional, evidentemente mutó la forma de relación que marcaba a las universidades regionales de las zonas extremas del país, apreciando el valor que tenía el intercambio de conocimiento científico entre pares y que a través de la reciprocidad, instituciones con supuestas diferencias, podrían alcanzar resultados comunes.
Es así como la Universidad Arturo Prat, como otras entidades educativas públicas, comienza un proceso de vinculación en el ámbito de la Ciencia y la Tecnología, intensificando la movilidad estudiantil y académica, que permitan contar con más y mejores especialistas. Este proceso, al igual como lo realizaba el Estado, permitió que suscribiéramos acuerdos con entidades internacionales, abriendo así nuestras fronteras del conocimiento.
Así, nuestra Universidad hoy cuenta con 32 acuerdos internacionales, entre convenios de colaboración y cooperación, con centros de lugares tan distantes como Canadá, Italia, Bélgica y Alemania.
Pero especial interés, tiene para nosotros el trabajo con nuestros vecinos de Argentina, Bolivia y Perú.
Esto porque consideramos que el sentido de nuestra internacionalización como universidad pública, se fija en la capacidad de unirnos como zona limítrofe.
La búsqueda de nuevas alternativas que permitan repoblar y forestar el altiplano andino, a través de la acción conjunta entre dos universidades públicas, como es la Técnica de Oruro y la Unap, como también el deseo de disminuir el impacto de la exposición en condiciones de altura, que ejecutan nuestros investigadores con sus pares peruanos, son solo dos ejemplos.
La palabra más escuchada durante el campeonato de clausura en Deportes Iquique tiene relación con la irregularidad. En este sentido la campaña de los dragones celestes está basada en grandes alegrías, tras derrotar a los equipos de mayor prestigio del fútbol nacional, pero también de amargura, luego de caer ante los de menor rendimiento, incluso en su propio feudo.
Todos estos resultados, ceñidos estrictamente al ámbito deportivo, no tenían como componente un problema en las relaciones humanas, lo que a una fecha del término del certamen queda de lado pensando en el entrevero entre el director técnico, el ex seleccionador nacional Nelson Acosta y el delantero argentino Alberto Martín Gómez, quien renunció al equipo. Durante la jornada de ayer también se conoció de la renuncia del defensor Sebastián Toro, quien ya tuvo un paso por el CDI.
Dejando atrás las estadísticas, donde Iquique presenta una campaña aceptable, con 21 puntos en 16 partidos jugados y con una posibilidad de clasificar a la liguilla final, la discusión, altercado o conato producido entre técnico y jugador dan cuenta de otros factores que son importantes de considerar de cara al Día del Trabajador.
Gómez, basa su molestia en la incertidumbre laboral que le genera no saber si será renovado su pase y que además ya había informado que estaba jugando con una hernia inguinal, cuyo tratamiento era una operación que postergó para el fin del presente torneo.
Mucho se comenta de las grandes cifras que se pagan a los futbolistas en el mundo, pero ello ocurre en los casos donde se trata de jugadores que son rutilantes estrellas en sus clubes y que en todo el espectro del fútbol chileno no supera los 50 de deportistas. La carrera es corta, llegando a su fin entre los 30 y los 35 años, lo que hace complejo el futuro de un atleta que no logre mayor notoriedad. Es de esperar que el camarín pueda ser recompuesto, pues en toda institución, son tan importantes los resultados como sus recursos humanos, pues ambos factores son relevantes y mucho tienen que ver el uno con el otro.
En la cancha también se nota cuando el futbolista o trabajador está contento e identificado con su club. En Deportes Iquique, salvo por casos aislados y más ligados a la inaceptable indisciplina de algunos profesionales, no se había visto y es de esperar que no siga ocurriendo.