Diversos efectos dejó la marejada que golpeó el borde costero, en gran parte, el viernes. El oleaje rompió embarcaciones pequeñas en caleta Cavancha y hasta produjo inundaciones menores en departamentos del sector de Remodelación El Morro.
Gastón Guerrero, capitán de puerto de la Gobernación Marítima, manifestó que ayer realizaron un recorrido por el borde costero para verificar los daños. "En el marinero desconocido hay un socavón que está afectando parte de la calle que se rompió; el muelle Corpesca no ha sufrido daños mayores, las embarcaciones sufrieron golpes, pero se han mantenido amarradas. En Cavancha las embarcaciones se movieron bastante, hay una que se hundió producto de las marejadas", dijo.
caleta cavancha
Los pescadores de Caleta Cavancha son los más afectados con las marejadas. Las olas ingresaron con fuerza a las instalaciones, arrastrando todo lo que alcanzaron a su paso, e incluso destruyendo una embarcación e inundando el sector de los box en que los pescadores guardan sus pertenencias y herramientas de trabajo.
"Nos ha afectado mucho en las ventas, si no salimos, no trabajamos y no vendemos. Yo soy buzo y no puedo salir a pescar. Es muy complicada la situación, el mar tiene todo arrinconado. Así es la fuerza del mar", contó Luis Rodríguez, buzo de la Caleta.
De la misma forma se lamentó Mario Gálvez, quien perdió su embarcación, "Chúngara", la que para él resultará imposible reparar, debido al alto costo que implicaría reconstruirla.
"No la voy a arreglar, ya no, no hay plata, de dónde voy a sacar, era la única embarcación que tenía, ya murió el bote, me van a cobrar como un millón de pesos por arreglarlo. No me queda otra que seguir trabajando, como siempre", dijo Gálvez quien comparó la reparación de su bote de madera, con uno que sufrió daños pero que es de fibra.
"La fibra es más resistente que la madera. Para una reparación es más rápido porque se puede parchar y se repara ese lado, este bote de madera no, tienen que cambiarle la costilla entera".
El Morro
En el sector de El Morro aún quedaban efectos a la vista. Las rocas que arrastró el oleaje permanecían, en menor cantidad, en el camino de entrada a los departamentos del barrio histórico.
"Las olas eran muy altas. Cuando llegué a casa del trabajo ya estaba todo destruido", declaró un vecino del sector, que destacó la instalación de sacos de arena en la entrada para detener el ingreso del mar. J